Parece que de estos santos no hay, en realidad, vestigios de culto primitivo, pero aparecen mencionados en todos los martirologios importantes (Hieronymianum, Beda, Usuardo, etc.). Su memoria, aunque los hechos están ligados a la Capadocia, se difundió a partir del siglo V por Langres, en Francia, a donde supuestamente fueron trasladadas las reliquias.
Lo que todos los testimonios conservan sobre ellos es que se trataba de tres mellizos. Sus nombres se presentan en infinidad de variantes, siempre con su abuela Leonila, y a veces con otros compañeros (Neón, Turbón, etc.). Supuestamente sufrieron el martirio bajo Marco Aurelio, es decir, a mediados del siglo II (c. 155); sin embargo las pretendidas «Actas» son completamente ficticias, y no es posible asegurar nada ni sobre sus personas ni sobre su gesta, ni sobre el destino posterior de sus reliquias. La leyenda afirma que en el 490 las reliquias llegaron a la catedral de Saint-Mammès en Langres; en el 764 la mayor parte de ellas fueron llevadas por Hariolf y Erlolf, fundadores del monasterio de Ellwangen, en el pueblo homónimo, de donde luego se llevaron a la basílica de San Vito, en el mismo pueblo (la imagen muestra el actual relicario de los mártires en la cripta de la basílica).
Posiblemente no figurarían en el Martirologio actual si no estuvieran tan bien atestiguados en todos los martirologios antiguos, aunque ninguno de ellos acierte a darnos ninguna noticia cierta sobre estos testigos de la fe.
Ver Acta Sanctorum, ene, II, pág. 73-80; Butler-Guinea, tomo I, pág. 118. El articulo dedicado a la diócesis de Langres en Catholic Encyclopedia menciona a lso tres mártires relacionados con la «leyenda de san Benigno», pero no he podido verificar a qué se refiere, lo que parece claro es que en el siglo V el culto a estos mártires se extendió por Francia, y más tarde por el oeste de Alemania.