El 6 de noviembre del 638, en tiempo del emperador griego Heraclio en Constantinopla, tres años después de la conquista de Gaza por el comandante musulmán Ambrus, algunos meses después de la rendición de Jerusalén al califa Omar Ibn Al-Khattab de Damasco, fueron al martirio en Jerusalén 10 soldados cristianos y, del mismo grupo un mes después, 50 soldados cristianos en Gaza.
Los árabes musulmanes bajo el liderazgo de Omar, Califa de Damasco, comenzaron la conquista de la Tierra Santa en 634, en 635 capturaron, tras la batalla de Gaza, la ciudad costera y se enfrentaron al ejército cristiano en el año 636, en la batalla de Yarmuk; en la primavera del 638, luego de un corto asedio y sin derramamiento de sangre, fue entregada Jerusalén por el Patriarca Sofronio.
En la batalla de Gaza del 635, los soldados se habían rendido con la firma, por unos 60 miembros, de un documento donde se comprometían a dejar el libre paso a las tropas musulmanas. Sin embargo, esta capitulación ante el comandante de los árabes no fue mantenida por Ambrus, que ordenó a los 60 la inmediata apostasía del cristianismo, y el paso al Islam. Dado que se negaron, fueron separados de sus esposas, hijos y armas, encadenados y mantenidos en cautiverio. Después de treinta días fueron trasladados a Eleutheropolis (literalmente «Ciudad libre» o «de la libertad»), entonces una ciudad importante entre Gaza y Jerusalén, que había sido fundada hacia el 200 por Septimio Severo. Durante cinco meses los prisioneros fueron reclamados en repetidas ocasiones a la apostasía, y luego fueron llevados encadenados a Jerusalén.
El que había sido hasta entonces patriarca de Jerusalén, Sofronio, visita con frecuencia a los presos de noche y los alienta a perseverar en la fe. Después de diez meses el Emir de Jerusalén los pone de nuevo bajo las órdenes de Ambrus. Como advertencia del vigor de la orden de apostasía, toma diez soldados, entre ellos el oficial al mando Calinizo, y los ejecuta. La decapitación de los diez tuvo lugar el 6 de Noviembre del 638. Según la lista es evidente que pertenecían a dos grupos: los de los escitas y la de los voluntarios. Estos 10 mártires fueron enterrados en Jerusalén por el Patriarca Sofronio cerca de la tumba de san Esteban.
Treinta días después, el emir ordenó el envío a Gaza de los restantes 50. Y el 17 Diciembre del 638, hacia el mediodía, son asesinados por guerreros sarracenos. Los cristianos compraron luego los cuerpos, que fueron enterrados en Eleutheropolis, y se construyó sobre la fosa común una iglesia dedicada a la Santísima Trinidad. Estos son los 45 nombres que se conservan del grupo de los 50: Juan, Pablo, Juan, Pablo, Fotino, Zitas, Eugenio, Muselio, Juan, Esteban, Teodoro, Juan, Teodoro, hijo del precedente, Jorge, Teopento, Jorge, Sergio, Jorge, Teodoro, Ciríaco, Juan, Zitas, Filoxeno, Jorge, Juan y Jorge -todos de la cohorte de los Escitas-; Teodosio, Epifanio, Juan, Teodoro, Sergio, Jorge, Tomás, Esteban, Conón, Teodoro, Pablo, Juan, Jorge, Juan, Juan, Paulino, Cayumas, Abramio, Marmises y Marino -todos de la cohorte de los Voluntarios-.
Traducido y resumido para ETF del Florilegium Martyrologii Romani, de Klaus Martin Reichenbach, de la entrada correspondiente al nº2 del 17 de diciembre, con cita allí mismo de fuentes. La imagen corresponde en realidad a uno de los íconos dedicados a los soldados mártires de Sebaste.