Estos santos mártires de Persia se mencionan en una 'Passio' griega de la época de Heraclio (610-614), históricamente de escaso valor, que hemos recibido en una reelaboración de Simeón Metafrastes, hagiógrafo bizantino del siglo X, y en una versión latina en el códice 1622 de la Universidad de Padua.
La historia narrada en la 'Passio', tuvo lugar en la época del rey persa Sapor II (310-379); arreciaba la persecución contra los cristianos, que en contraposición a la libertad religiosa concedida por el emperador romano Constantino el Grande en 313, fueron considerados por los persas como una "quinta columna" del Imperio Romano, con el que Sapor II estaba en hostilidades. El rey hizo capturar a Acindino, Pegasio y Anempodisto, fervientes cristianos, que fueron sometidos a interrogatorios y torturas, de conformidad con las prácticas de la época, pero luego fueron milagrosamente curados, sus cadenas se rompieron y fundieron, mientras que una violenta tormenta se abatió sobre la ciudad real de Isfahán; al tiempo que Sapor II perdió la voz, que recuperó por intercesión de los propios mártires. Al igual que en otras historias antiguas sobre el martirio de los cristianos, el suplicio no se detuvo allí; los tres cristianos fueron inmersos en plomo fundido y salieron ilesos, ante el asombro de los carniceros, uno de los cuales, Aftonio, se convirtió y fue inmediatamente decapitado; se intentó matarlos arrojándolos al mar encerrados en bolsas, pero salieron de entre las olas ilesos. Mientras tanto, en el Senado persa, Epidíforo y otros senadores habían tomado la defensa de los cristianos, pagando también ellos con la vida su coraje. Finalmente Acindino, Pegasio y Anempodisto fueron quemados vivos en Isfahán; fue alrededor del 350 dC.
Sus reliquias fueron posteriormente trasladadas a Constantinopla y veneradas en una iglesia dedicada a ellos; en 1204, durante la Cuarta Cruzada, una reliquia de Acindino terminó en Francia, en Vedans, y de allí pasó a la abadía de Rosières; se perdió durante la Revolución Francesa, y fue reencontrada un siglo más tarde, en 1892, en Grozon.
Los santos mártires son venerados en Oriente y en Occidente el 2 de noviembre, y son particularmente recordados por la Iglesia bizantina; se los representa en la famosa 'pala de oro' de la Basílica de San Marcos en Venecia.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.