No existen datos seguros sobre esta santa venerada en Anagni, Cori, Castro dei Volsci, Trivigliano y Pontecorvo, en la región del Lacio. En la oficio litúrgico propio de la diócesis de Anagni se dice que vivió en los siglos VI-VII.
La tradición local cuenta que Oliva, para renunciar a un matrimonio terrenal, se refugió en un monasterio de vírgenes consagradas, se cree que en Anagni, donde fue gratificada frecuentemente con visiones celestiales.
Por lo demás, el culto que continuó a lo largo de los siglos está ligado a la presencia de sus reliquias, de las que el testimonio más antiguo que ha llegado hasta nosotros es el epígrafe que conmemora la consagración del altar dedicado a ella en Anagni, el 7 de septiembre de 1133, por el antipapa Anacleto II (Pietro de' Pierleoni, 1130-1138). Por la inscripción sabemos que el antipapa, junto con el obispo Raone, consagró el altar de Santa Oliva en la iglesia del mismo nombre construida por un tal Giovanni da Patrica.
En 1564, a raíz de la guerra de la Campagna, hubo que fortificar el bastión de la ciudad, que debía erigirse en el mismo lugar donde se alzaba la iglesia de Santa Oliva, por lo que ésta fue demolida. Sin embargo, antes de la demolición, el obispo de Anagni, Michele Torella, había dispuesto el traslado del cuerpo de la santa a un nuevo altar en la cripta de la catedral.
A principios del siglo XVIII, el abad Michele Hacki, del monasterio cisterciense de Oliva, ciudad de la diócesis de Wladislava (Polonia), construyó una iglesia dedicada a Santa Oliva y, deseoso de enriquecerla con una reliquia de la santa, solicitó una al obispo y al cabildo de Anagni. El obispo Pier Paolo Gerardi accedió y abrió la tumba, sacó un brazo de la santa de la urna de mármol erigida por Anacleto II y lo envió en un relicario al abad de Oliva el 27 de marzo de 1703.
Las reliquias de Anagni, recogidas en una urna de cristal, se expusieron en un nuevo altar en la cripta. Después de 1880, se llevaron a cabo obras de restauración en la catedral de Anagni, se desmontó el altar de la cripta y el Seminario construyó uno nuevo de mármol decorado con mosaicos. Finalmente, el 1 de agosto de 1899, el obispo Antonio Sardi volvió a reunir las reliquias en una gran urna de bronce dorado, que actualmente se conserva entre los relicarios de la sacristía; también hay una estatuilla barroca de plata con las reliquias de San Oliva, que se expone en el altar mayor de la catedral el día de su fiesta, el 3 de junio.
Traducido para ETF del artículo de Antonio Borreli en Santi e Beati. Se conserva una "Vita", cuyas copias muy tardías los Bolandistas sintetizan de algunos manuscritos en AASS, junio, I.