Margarita Ward nació en Cobgleton, Cheschire, en torno al 1550, en el seno de una distinguidísima familia inglesa; se sabe que en los últimos años vivió en casa de la noble señora Whitall, de la que era dama de compañía.
Margarita era católica, y supo que habían arrestado el sacerdote Guillermo Watson, que estaba encarcelado y sometido a continuos sufrimientos. Estaba en curso la persecución de la sanguinaria Isabel I Tudor contra los católicos, y la tortura era una práctica usual. Margarita decidió visitarlo repetidas veces, para ayudarlo y confortarlo.
Watso ya había estado encarcelado una primera vez, pero luego, en un momento de debilidad por las torturas sufridas, había consentido participar del culto protestante, y por ello había sido liberado. Pero amargamente arrepentido de esta acción, se había públicamente retractado y declarado ser católico, por lo que fue nuevamente prendido y llevado a la cárcel de Bridewell
Margarita desplegó su caridad, incluso hasta favorecer la fuga de Watson de la cárcel, pero una cuerda olvidada colgando de una ventana, después de la fuga del prisionero, hizo que enseguida se viera que había sido ayudado por la visitante, y por tanto ella vino a ser arrestada y conducida ante el juez. La dama no sólo confirmó plenamente cuanto había hecho, sino que se negó a revelar dónde estaba escondido el fugitivo, no quiso pedir el perdón a la reina Isabel, ni quiso adherir al culto protestante, condiciones que le eran impuestas para obtener la libertad. Ella estaba convencida de no haber ofendido de ningún modo a la soberana, y consideraba cosa absolutamente contraria a su genuina fe católica el asistir a las funciones de un culto herético.
Fue, por tanto, condenada a muerte por alta traición: inmoló su vida por la fe católica en la que creía y que no quiso abjurar, y marchó al patíbulo en Tyburn, el 30 de agosto de 1588. Ricardo Leigh, Eduardo Shelley, Ricardo Martin, Juan Roche y Ricardo Lloyd fueron sus compañeros de martirio. Todos ellos fueron beatificaos en 1929 por el papa Pío XI, y Margarita fue canonizada en 1970 por el papa Pablo VI, entre los 25 mártires de Inglaterra y Gales.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Antonio Borrelli.