No debe confundirse esta santa Lucrecia de Mérida con la más conocida santa Lucrecia, o Leocricia, de Córdoba, de la que habla san Eulogio a propósito de la persecución musulmana; entre una y otra median no menos de cuatro siglos. De la santa que veneramos hoy apenas si quedan noticias. Se sabe que existió en Mérida un templo dedicado a la santa, pero fue antes de la invasión musulmana en España, y no quedan de él rastros. D. Bernabé Moreno de Vargas (1576-1648) en su «Historia de la ciudad de Mérida» conjetura que ese templo puede haber estado donde, en su tiempo, estaba la ermita de Nuestra Señora de Loreto, lamentablemente desaparecida también, y cuyo emplazamiento es también objeto de conjeturas, cercano al Matadero Regional.
Lucrecia aparece mencionada en en Hieronymianum y en otros martirologios antiguos, en época de Diocleciano, y aunque no puede darse por completo seguro este dato, parece que fue martirizada bajo la presidencia de Daciano. Conocemos a este perseguidor porque en su viaje por la Península, en los primeros años del siglo IV, fue sembrando su camino de mártires cristianos, pero no se sabe con certeza el año en que estuvo en Mérida. Los autores antiguos dan fechas entre el 305 y el 308, pero parece que la mayor probabilidad es el 306 o después.
Se conserva una «passio» no auténtica, pero que expresa bien el tipo de las pasiones de mártires de los primeros siglos. En ella hay un diálogo que resume, si no las frases pronunciadas por uno y otro en aquel momento, sí la fortaleza de las mártires cristianas, débiles en su figura, pero llenas de una fortaleza sobrenatural; en efecto, viendo Daciano que todas las reconvenciones eran inútiles, dice: «...elige por último uno de estos dos extremos, o padecer como necia diferentes penas entre los sentenciados a muerte, o sacrificar a los Dioses como sabia y noble persona. A esto respondió Lucrecia: Sacrifica tú a los demonios, que yo solo ofrezco sacrificio al verdadero Dios y a Jesucristo, su único Hijo.»
Noticias tomadas de historia de la Ciudad de Mérida, de D. Bernabé Moreno de Vargas, pág 113-114, Madrid, 1633, y del «Suplemento á la última edición del año christiano del Padre Juan Croiset», tomo II, pág 338ss., por D. Juan Julián Caparrós, Madrid, 1743. La imagen, reproducida en varios santorales de internet, posiblemente no sea de santa Lucrecia de Mérida sino de la de Córdoba, mucho más difundida.