Bartolomea tenía apenas veintiséis años al morir. Sin embargo, en el curso de su breve vida, fundó una congregación religiosa, sembró la virtud en innumerables jóvenes y escribió una gran cantidad de notas espirituales e instrucciones. Sus escritos, que fueron publicados más tarde con el título de "Scritti spirituali", forman dos gruesos volúmenes, sin contar las 300 cartas publicadas aparte. Bartolomea nació en Lovere, en los Alpes de Brescia, no lejos de Castiglione, donde se hallaba la casa de los Gonzaga. Desde niña fue muy devota de san Luis. Ciertamente no fue el padre de Bartolomea quien la instruyó en la virtud, pues era un tosco molinero, muy dado a la bebida. Uno de los grandes triunfos enpirituales de la joven fue que, gracias al ejemplo de la paciencia con que soportó una enfermedad, cambió completamente el corazón de su padre, quien murió como un fervoroso cristiano. La madre de Bartolomea era una cristiana ejemplar que, con la colaboración de las religiosas de la escuela del lugar, enseñó a la niña a amar a Dios sobre todas las cosas y a ambicionar un alto grado de perfección. Como no pudiese conseguir el permiso de sus padres para entrar en religión, Bartolomea hizo, con la aprobación de su confesor, un voto de virginidad perpetua. Después de obtener su diploma de maestra, se consagró enteramente a la educación de la juventud. En el ejercicio de esa forma de apostolado organizó una congregación mariana de san Luis Gonzaga, que se extendió por toda la ciudad y produjo maravillosos efectos. Indudablemente que en la sencillez, rectitud, tacto y fuerza de carácter de la joven había algo fascinante, como lo prueba la influencia que ejerció sobre tantas mujeres devotas con quienes mantuvo correspondencia epistolar.
Viendo la necesidad que había de crear un instituto religioso para perpetuar la obra de educación de la juventud, santa Bartolomea se puso de acuerdo con otra dinámica mujer de la región, veinte años mayor que ella, llamada Catalina Gerosa, la misma que ha pasado a la historia con el nombre de santa Vicenta Gerosa. Catalina se ocupaba, sobre todo, de los enfermos pobres, para quienes había fundado ya un hospital, en el que se reservaba los trabajos más pesados. Ambas santas decidieron combinar la labor de enfermeras con la de la educación, y las autoridades eclesiásticas les propusieron que adoptasen las reglas de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul. Las fundadoras se mostraron dispuestas a ello, pero, como Lovere pertenecía a Austria, ciertas conveniencias políticas hacían muy difícil que una casa religiosa que se hallaba en territorio austríaco dependiese de otra del exterior. Así pues, con el apoyo del obispo, Bartolomea y Catalina fundaron la nueva congregación de las «Hermanas de la Caridad», que más tarde obtuvo la aprobación pontificia.
El hábito es muy diferente del de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, y las constituciones que rigen a la comunidad se parecen más a las que escribió santa Bartolomea poco antes de su muerte, que a las de San Vicente de Paul. Santa Bartolomea no puso jamás límites a su entrega al prójimo. Su abundante correspondencia y sus actividades no le dejaban momento de reposo. Cuatro meses antes de su muerte, el médico la obligó a interrumpir la correspondencia epistolar; la santa obedeció, pero la orden había llegado demasiado tarde. Santa Bartolomea murió tísica eI 26 de julio de 1833 y fue canonizada en 1950. las «Hermanas de la Caridad de la Virgen Niña» están en la actualidad (2010) presentes en más de veinte países de distintos continentes.
Existe una biografía muy completa escrita por L. I. Mazza (2 vols., 1905), y una biografía francesa escrita por C. Carminati (1934).