San Urso, obispo de Classe, trasladó definitivamente la sede episcopal a Ravena, en torno al 402, cuando el emperador Honorio, por razones de seguridad estratégica puso en la misma ciudad la capital del Imperio de Occidente. En el catálogo episcopal de la iglesia ravenense el nombre de Urso precede inmediatamente al de san Pedro Crisólogo, de donde, suponiendo la exactitud de esa fuente, el episcopado de Urso se colocaría al inicio del siglo V.
En Ravena Urso edificó la iglesia católica, es decir, la catedral, llamada más tarde en su honor «basílica ursiana», dedicada a la resurrección de Nuestro Señor, el día de la Pascua. Según Agnello, Urso murió después de 26 años de episcopado, el 13 de abril de un año cercano al 425. Su memoria se celebraba en Ravena el mismo día de pascua, en recuerdo de la dedicación de la basílica. Una tradición indica que Urso era de origen siciliano, factor que habría favorecido la difusión de los santos sicilianos en Ravena en el siglo V.
Traducido para ETF de un artículo de Fabio Arduino.