San Sansón fue uno de los principales misioneros ingleses del siglo VI. Actualmente se le venera en Gales del Sur y en Bretaña. Nació hacia el año 485. Su padre, Amón, era originario de la provincia de Dyfed y su madre, Ana, de Gante. El nacimiento del niño fue la respuesta del cielo a las incesantes oraciones de sus padres. Por ello, cuando Sansón tenía apenas cinco años, sus padres le consagraron a Dios en el monasterio fundado por San Iltud en Llantwit de Glamorgan, que fue un verdadero almacigo de santos. Sansón fue desde el primer momento muy virtuoso, de inteligencia despejada y de gran austeridad de vida. San Dubricio le ordenó primero diácono y después sacerdote. Como Sansón era todavía muy joven, ello despertó la envidia de dos monjes que eran hermanos entre sí y sobrinos de San Iltud, ya que uno de ellos aspiraba a suceder a su tío en el gobierno del monasterio. Dichos monjes trataron de envenenar a Sansón, pero el veneno no le produjo efecto alguno. Entonces, uno de los dos hermanos se arrepintió. El otro fue víctima de un ataque en el momento en que recibía la comunión de manos de su victima, pero las oraciones del santo le restituyeron la salud. Sansón obtuvo permiso de trasladarse a una isla en la que había un monasterio gobernado por un tal Piro. Se cree que se trataba de la isla de Caldey, frente a la costa de Pembrokeshire. Ahí, el santo "pasaba día y noche en oración y comunión con Dios y llevaba una vida de admirable paciencia y recogimiento y, sobre todo, de gran amor de Dios. Empleaba el día entero en el trabajo manual, con la mente puesta en Dios." Como el padre de Sansón sintiese que se acercaba la hora de su muerte, mandó llamar a su hijo. Este se resistió al principio a volver al mundo, pero Piro le reprendió y le dio a un diácono por compañero. Cuando Sansón administró los sacramentos a su padre, éste recobró la salud. Entonces el padre y la madre del santo determinaron abandonar el mundo. Después de encontrar acomodo a su madre en un convento, Sansón regresó a la isla con su padre, su tío Umbrafel y el diácono que le había acompañado. San Dubricio había ido a la isla a pasar la cuaresma, según la costumbre de la época y, cuando se enteró de las maravillas que había obrado Sansón durante el viaje, decidió llevarle consigo a su monasterio. Poco después falleció Piro y Sansón fue elegido abad. Viviendo casi en completa clausura, Sansón consiguió restablecer poco a poco la disciplina en el monasterio. También hizo un viaje a Irlanda y dejó a cargo de Umbrafel un monasterio que se le confió en aquel país. A su vuelta a la isla, renunció al cargo de abad y se retiró con su padre y otros dos monjes a una ermita de las cercanías del río Severn.
Pero la paz se vio pronto turbada en aquella soledad, ya que Sansón fue nombrado abad del monasterio que, "según se dice, había fundado San Germán." Poco después, San Dubricio le confirió la consagración episcopal. La víspera de la Pascua, Sansón tuvo una visión en la que se le ordenó que partiese al otro lado del mar. Así pues, se trasladó a Cornwall con sus compañeros; al cabo de un "viaje feliz, con viento favorable", desembarcó en los alrededores de Padstow. Inmediatamente, se dirigió al monasterio de Docco (actualmente de San Kew). En cuanto los monjes supieron que se hallaba en las cercanías, enviaron al hombre más prudente del monasterio, Winiaw, quien poseía el don de profecía, para que saliese a su encuentro. Ello no significa que le hayan recibido particularmente bien, ya que, cuando Sansón decidió quedarse en el monasterio, Winiaw le indicó con gran tacto que no lo hiciese, "pues nuestra observancia ya no es la que solía ser. Prosigue tu camino en paz..."
Sansón interpretó esas palabras como una señal de Dios y atravesó todo Cornwall en una carreta que había llevado de Irlanda. En el distrito de Trigg convirtió a muchos idólatras al resucitar un niño que se había caído del caballo. Fundó una iglesia en Southill y otra en Golant, siguió el río Fowey hasta la desembocadura y ahí se embarcó con rumbo a la Bretaña, dejando al cuidado de su padre el monasterio de Southill. No es imposible que durante su larga estancia en Cornwall haya visitado las Islas Scilly, ya que una de ellas tomó el nombre del santo.
Los biógrafos de Sansón hablan, sobre todo, de los milagros que realizó en la Bretaña. Viajó por toda la región predicando el Evangelio y llegó hasta las Islas del Canal; uno de los pueblecitos de Guernsey lleva su nombre. Igualmente fundó dos monasterios: uno en Dol y otro en Pental, en la Normandía. El santo fue uno de los que ayudaron al legítimo príncipe Judual a recobrar el trono que le había arrebatado su rival, Conmor, el año 555. En una visita que hizo a París, Sansón atrajo sobre sí las miradas del rey Childeberto; según se cuenta, el monarca le nombró obispo de Dol. Probablemente nuestro santo fue el "Sansón, Pecador, Obispo" que firmó las actas del Concilio de París el año 557. Pero es cierto que Dol no constituyó una sede episcopal regular sino hasta el siglo IX. San Sansón murió apaciblemente entre sus monjes, el año 565.
Se ha discutido mucho acerca de la fecha y el valor histórico de la biografía de Sansón, publicada por Mabillon y en Acta Sanctorum, julio, vol. VI, Robert Fawtier hizo una edición moderna del texto, La vida de S. Sansón (1912). Dicho autor llega a la conclusión de que la obra se debe a la pluma de un monje de Dol, que fue escrita a fines del siglo VIII o a principios del IX, y que carece absolutamente de valor histórico. Pero otros especialistas de la hagiografía céltica opinan de modo muy diferente. F. Duine (Origines Bretonnes: la Vie de S. Samson, 1914), siguiendo la opinión de La Borderie, sostiene que la biografía data a más tardar del 610-615. Mons. Duchesne, quien al principio se había pronunciado en favor de la opinión de que la obra data del siglo IX, aceptó más tarde la hipótesis de La Borderie. El canónigo T. Taylor, quien publicó una traducción inglesa de la biografía con una admirable introducción (The Life of St. Samson of Dol, 1925), opina también que el texto data de principios del siglo VII y posee valor histórico. Cf. LBS., vol. IV, pp. 130 ss.; Burkitt, en Journal of Theological Studies, vol. XXVII (1925), pp. 42-57; A. V. Wade-Evans, Welsh Christian Origins (1934), pp. 205-233; y G. H. Doble, St. Samson in Cornwall (1935). El nombre del santo figura en muchos calendarios medievales ingleses.