Rústico, que nació en el sur de la Galia, era hijo del obispo llamado Bonoso. Se cree que en una carta de san Jerónimo, escrita hacia el año 411 y dirigida a él, le aconsejaba adoptar la vida eremítica. El año 427, Rústico fue elegido obispo de Narbona. La diócesis estaba entonces en crisis, pues los invasores godos difundían el arrianismo y los católicos se hallaban muy divididos. Finalmente, san Rústico escribió al papa san León I para exponerle sus dificultades (que, según parece, procedían del sínodo que él propio Rogaciano había reunido en 458) y para pedirle permiso de renunciar. El Papa le disuadió de ello y escribió una extensa carta al obispo acerca del gobierno de su diócesis. San Rústico construyó en Narbona una catedral donde todavía se conserva la inscripción que mandó grabar para conmemorar la dedicación. Aunque consta que los otros obispos estimaban mucho a san Rústico, prácticamente todo lo que sabemos sobre él es que asistió al sínodo de Arlés, en el que se aprobó el «tomo» de san León contra los monofisitas.
La figura de este obispo galo es particularmente interesante, porque su nombre aparece en cuatro inscripciones descubiertas en Narbona o en sus cercanías. La primera de esas inscripciones, que es la más completa, narra incidentalmente no sólo que Rústico era hijo de Bonoso, sino que también un hermano de su madre, llamado Arador, era obispo. Otra de las inscripciones contiene las siguientes palabras: «Orate pro Rustico Vestro» (Orad por vuestro Rústico)
No existe ninguna biografía propiamente dicha del santo; sin embargo, los bolandistas, reuniendo los datos dispersos en diversas fuentes, consiguieron hacer un artículo bastante completo (Acta Sanctorum, oct., vol. XI). Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. XII (1935), cc. 828 y 847-854. Cf. También Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. I, p. 303.