Pedro Wang Zuolong (Wang Tsong Loung) había nacido en Shuangzhong (Choang-Tchung), China, en 1842, y en su juventud había sido seminarista, pero luego optó por la vida seglar y vivía en su pueblo llevando una vida religiosa y honesta. Cuando llegó la persecución bóxer y corrió la noticia de que estos perseguidores del cristianismo perpetraban grandes atrocidades, decidió huir del pueblo, pero volvió pues no quería dejar solo a su hermano. Se mantuvo, prudentemente, en las afueras del pueblo hasta que una mujer lo reconoció y se lo señaló a los bóxer como cristiano.
Fue apresado y lo colgaron por la coleta del palo de la bandera que estaba delante de la pagoda y lo mortificaron con golpes, quemaduras, etc., mientras que, poco a poco, se le iba desprendiendo el cuero cabelludo. Finalmente se le desprendió y cayó al suelo en medio de un gran concurso de gente que había acudido a verle y que no dejaba de mostrar compasión por él. Los bóxer pidieron entonces una suma de dinero para dejarlo libre, y se consiguió, pero exigieron, además, que renegara del cristianismo, a lo que el mártir se negó. Entonces lo metieron en la pagoda y lo forzaron a que adorase a los dioses. Pedro se mantuvo firme en no adorar sino al Dios verdadero. Allí mismo fue rematado. Era el 6 de julio de 1900. Fue canonizado el 1 de octubre de 2000.