Natural de Ngaoc-Duong, Tonkín, donde nació en 1763, fue convertido al cristianismo por los dominicos, y optó por el sacerdocio, al que se preparó adecuadamente, siendo ordenado presbítero por el obispo san Clemente Ignacio Delgado, entonces vicario del Tonkín oriental.
Ejerció su ministerio con gran dedicación durante treinta años en diferentes destinos a que le envió la obediencia y fue siempre un sacerdote fiel y cumplidor. Su último destino fue Lác-Món. Estando aquí supo que el misionero español san José Fernández, religioso dominico, había caído enfermo en Ninh-Chuong y corrió allá para ayudarlo y estar a su lado. Pero vio que aquel lugar era peligroso y entonces decidieron cruzar el río, lo que necesitaba una operación arriesgada y bien organizada. Llegaron a Qui-Lau, ya en el vicariato occidental, donde los misioneros franceses les dieron acogida caritativa, hospedándose en la casa de un pagano. Pero éste cedió a la tentación de delatar su presencia esperando la recompensa.
Pedro fue arrestado el 18 de junio de 1838 y llevado a Nam-Dinh, donde se le exigió la apostasía. Se negó firmemente y fue condenado a muerte. A la espera de la confirmación real, fue bárbaramente torturado y cargado con la canga pese a ser persona anciana. Antes de que llegase la confirmación de su sentencia, murió en la cárcel el 15 de julio de 1838 a consecuencia de los malos tratos. Fue canonizado el 19 de junio de 1988 por el papa Juan Pablo II.