Este sacerdote mártir vietnamita había nacido en la población de Banh-So hacia 1770. Estudió en el seminario de Vinh-Tri y se ordenó sacerdote. Fue primero coadjutor de Dong-Thanh y luego de Chan-Loc, pasando luego como párroco a Nam-Duong. Trabajó en los tres sitios con mucho celo, edificando a los fieles. Estaba en el pueblo de Thanh-Trai administrando los sacramentos a un enfermo cuando fue delatado y arrestado. Los cristianos intentaron, sin conseguirlo, obtener su liberación.
El detenido fue enviado a Hanoi, recluido en la cárcel y cargado con la canga, lo que llevó con gran paciencia y humildad. Quedó claro que la única posibilidad de salvarlo era ocultar su condición de sacerdote, pero cuando a los tres meses fue juzgado, él no quiso ocultar su ministerio sacerdotal. El juez no cargó las tintas en su relación al rey Minh-Manh, pero éste, al saber que era sacerdote, confirmó su pena de muerte. Fue decapitado en Hanoi el 11 de octubre de 1833, primera víctima de este reinado. Su cuerpo pudo ser luego enviado a París, al Seminario de Misiones Extranjeras. Fue canonizado el 19 de junio de 1988 por el papa Juan Pablo II junto con los 117 mártires de Vietnam.