El santo obispo Modoaldo nació en Aquitania. Según parece, pertenecía a una noble familia en la que abundaban los santos, pues una de sus hermanas era la abadesa santa Severa y otra fue la beata Iduberga, esposa de Pipino de Landen y madre de santa Gertrudis de Nivelles. Modoaldo iba con frecuencia a la corte del rey Dagoberto, donde conoció a san Arnulfo de Metz y a san Cuniberto de Colonia, de los que fue muy amigo. Dagoberto estimaba tanto al joven clérigo, que le nombró obispo de Tréveris; pero el santo no dejó por ello de reprender constantemente al rey por su vida licenciosa y la frivolidad de su corte. Finalmente, las reprensiones del santo obtuvieron el fruto deseado, ya que Dagoberto se arrepintió sinceramente y trató de reparar sus pasadas faltas.
San Modoaldo se convirtió en consejero y director espiritual del rey y éste, a su vez, le regalaba tierras y dinero para la fundación de nuevos monasterios. En realidad, sabemos muy poco sobre la vida del santo, ni siquiera podemos determinar con certeza las fechas de su consagración y de su muerte. Sí es seguro que asistió al Concilio de Reims, el año 625. San Modoaldo ordenó al mártir san Germán de Grandval, a quien había educado, y ofreció hospedaje a san Desiderio de Cahot, según se desprende de la carta que éste último le escribió para darle las gracias. Los bolandistas calculan que San Modoaldo fue obispo de Tréveris del año 622 al año 640.
La biografía sumaria de San Modoaldo, escrita cuatro siglos después de su muerte por el abad Esteban de Lieja, carece de valor histórico. Puede verse, junto con una introducción y un comentario, en Acta Sanctorum, mayo, vol. III.