Nacido en Bayeux, después de haber dejado sus bienes a los pobres y a los huérfanos, se retiró a Coutances, donde se formó en la escuela del obispo Possesor. A los 30 años fue ordenado sacerdote y se dedicó a la actividad misionera. Por su santidad de vida, Marculfo atrajo a muchos discípulos, que, gracias a una donación de Childeberto I, pudo reunir en un monasterio en Nanteuil, del cual fue el primer abad. ´Pasaba la cuaresma en una islita vecina, llamada más tarde San Marculfo; y allí murió en el 558.
Después del 898 su cuerpo fue trasladado a Corbeny (en ese momento diócesis de Laon, en la actualidad de Soissons), donde en ell 906 se fundó un priorato de la abadía de San Remigio de Reims. El nombre de Marculfo se encuentra en diversos manuscritos de Martirologio Jeronimiano, en el de Usuardo, y en todos los martirologios benedictinos, siempre el 1 de mayo, aunque también hubo otras fechas de celebración. El culto del santo se difundió también fuera de Francia, en Brabante, en Flandes, y tambien en la Germania renana, donde era particularmente venerado en la iglesia de San Pablo de Aix-la-Chapelle. Los peregrinos lo invocaban sobre todo para ser librados de los males de la piel.
En 1229 Anselmo de Mauny, obispo de Laon, hizo trasladar las reliquias a una nueva urna ofrecida por san Luis, mientras que la cabeza fue puesta en custodia en un relicario separado. Entre 1252 y 1295 hubo nuevas traslaciones, hasta que en 1790 fue llevada la urna a la iglesia parroquial, de donde luego fue retirada (como tantas en época de la Revolución Francesa), pero las reliquias se conservaron.
El nombre de Marculfo está asociado al «privilegio» que en el 906 obtuvieron del santo los reyes de Francia: el de curar, al tocarlo, las llagas. Después de ser coronado en Reims el rey, al menos desde san Luis hasta Luis XIII (es decir, del siglo XIII al XVII), iba en peregrinación a Corbeny, y veneraba allí la cabeza del santo, y después de haber escuchado misa, hacía sobre los enfermos la señal de la cruz diciendo: «El rey te toca, Dios te cura». La cabeza del santo fue trasladada a San Remigio de Reims con Luis XIV y Luis XV; Luis XIV hizo, además, trasladar la urna que contenía los huesos. El último rey que quiso usar del «privilegio» fue Carlos X, en 1825. Las reliquias del santo fueron entonces trasladadas al hospital de San Marculfo de Reims.
Traducido para ETF, con pocos cambios, de un artículo de Rombaut Van Doren en Enciclopedia dei santi.