Lamentablemente todo lo que sabemos de san Gobano es lo que dice el elogio del Martirologio Romano, ya que la "Vida" que se conserva, y que los Bolandistas reproducen, es puramente convencional y legendaria, sin que podamos extraer de ella datos concretos.
Beda el Venerable lo inscribe como irlandés, discípulo de san Furseo, a quien se unió cuando este estaba en Inglaterra, y finalmente acompañó a la Galia. Allí residió como eremita itinerante, hasta que unos bandoleros alemanes dieron muerte en los bosques, en el sitio que conservó su nombre, Saint-Gobain, en la región de Picardía, donde al parecer se había establecido desde hacía un tiempo y fundado una iglesia bajo el patrocinio de San Pedro Apóstol. Tras su muerte y el inicio de su veneración popular esa iglesia tomo el nombre del propio mártir, hasta hoy.
En el medioevo una muerte violenta unida a la obtención de milagros en la tumba era una clara señal de martirio, criterio que hoy la Iglesia no utiliza pero que está en al base de muchas inscripciones antiguas de martirio, sobre todo de estos eremitas y peregrinos que surcaban los bosques y caminos de una Europa que recién comenzaba a cristianizarse.
Ver Acta Sanctorum, junio, tomo IV. Imagen: escultura de San Gobano en la ciudad homónima.