Era Gerardo nativo de Piacenza pero, trasladado a Potenza, fue elegido obispo por sus virtudes y sus actividades taumatúrgicas. Murió después de sólo ocho años de episcopado, y su sucesor, Manfredo, escribió una «Vita» -quizás demasiado abiertamente panegiristica- y, sobre todo, consiguió una canonización «viva voce» (es decir, no escrita) por el papa Calixto II (1119-24), a sólo un año de la muerte del santo.
San Gerardo, patrono de la ciudad y la arquidiócesis de Potenza, natural de Piacenza, descendiente de la noble e ilustre familia La Porta, fue obispo de la ciudad desde 1111 hasta 1119. Fue un hombre de cultura y piedad sólida; después de haber pasado su juventud en su patria, se dirigió al sur de Italia, como muchos otros espíritus nobles de su tiempo, que buscaban o la soledad o estar más cerca de los puntos de partida de los cruzados.
Vuelto a Potenza, Gerardo vio abrirse ante él un vasto campo de apostolado, especialmente entre los jóvenes. Abrió los tesoros de su cultura y su bondad gratuitamente a todos, lo que atrajo la simpatía de todo el pueblo, por lo que a la muerte del obispo de la ciudad, el clero y el pueblo lo eligieron como su nuevo pastor. Fue consagrado obispo en Acerenza. La dignidad alcanzada no cambió la austeridad de su vida, ni la simplicidad de sus costumbres. Manfredo describe así este período de su vida: «Honrado por la gloria episcopal, parecía más humilde, más manso, más piadoso, más benigno, más diligente en el ejercicio de las virtudes. Era tan sobrio que más bien parecía un monje».
El Señor se complace en hacer brillar la santidad de su siervo incluso en vida, con señales milagrosas, como cambiar el agua en vino. Sólo un año después de su muerte, el Papa Calixto II proclama la santidad. Los huesos de San Gerardo descansan bajo el altar dedicado a él en la Iglesia Catedral de Potenza. Además de la celebración el 30 de octubre, en Potenza se conmemora también el 30 de mayo, en memoria del traslado de sus huesos, hecho por el obispo Oberto en 1250.
Traducido para ETF de un artículo original de Canio Riccardo Topazio en Santi e Beati. La cronología del santo referida a su muerte y canonización, no parece del todo segura, los bolandistas discuten la cuestión en Acta Sactorum, oct. XIII, pág 464 y sig. y llegan a la conclusión que no se puede situar la muerte antes de 1122, ni la canonización antes de 1123. En los datos del santo he optado por esta secuencia, porque también es la posición que tomó el nuevo Martirologio Romano (que inscribe su muerte en 1122), pero en la hagiografía he dejado la opinión del autor original, que la sitúa en 1119, como es habitual.