San Gaugerico (Géry) nació en Yvoi, pueblecito de las Ardenas. Durante una de sus visitas episcopales a Yvoi, san Magnerico, el sucesor de Nicetas en la sede de Tréveris, quedó encantado de la santidad e inteligencia de Gaugerico. Así pues, le ordenó diácono, no sin haberle obligado antes a aprender de memoria todo el salterio, según cuenta su biógrafo. A partir de ese momento, Gaugerico se consagró con renovado fervor a las buenas obras y practicó celosamente las funciones de su sagrado ministerio, especialmente la de instruir a los fieles.
Su fama de virtud y ciencia hizo que fuese elegido obispo de Cambrai. El prelado se dedicó principalmente a desarraigar el paganismo en su diócesis, donde todavía abundaban los paganos. Fundó en Cambrai un monasterio consagrado a San Medardo. También le atribuye la tradición popular la fundación de la ciudad de Bruselas, ya que, según se cuenta, erigió una capilla en una isla del río Senne (donde actualmente se encuentra la Plaza de Saint-Géry), alrededor de la cual se extendió la ciudad. Realizó numerosos milagros; entre otros, el de haber devuelto la salud a un leproso en el momento de bautizarle, para simbolizar la purificación interior que se opera por el bautismo. Dios llamó a Sí a san Gauderico después de treinta y nueve años de gobierno de su diócesis, hacia el año 625. Fue sepultado en la iglesia que había construido en honor de San Medardo, en la ladera de una colina de las afueras de Cambrai.
La más antigua biografía de san Gauderico puede verse en Analecta Bollandiana, vol VII (1888), pp. 388-398. Más tarde la reeditó B. Krusch en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores Merov., III, pp. 652-658. Según parece, dicha biografía fue escrita cincuenta o sesenta años después de la muerte del santo, en un latín muy primitivo.