San Gregorio narra la vida de Eutiquio y Florencio en los «Diálogos», pero sobre el primero hay también una leyenda tardía en la que se le atribuyen los actos que cuenta san Gregorio y se le añaden hechos que provienen de unas «Actas» fabulosas referidas a algún otro Eutiquio. Pero reducido a su justa proporción, lo que sabemos es que después de llevar, junto a Florencio, vida solitaria en la provincia de Norcia, Eutiquio fue elegido abad de un monasterio en Val Castoriana, célebre en el Medioevo, que permaneció por muchos años y que tomó de Eutiquio el nombre, aunque no había sido él el fundador. Algunos sostienen que la llegada de Eutiquio a Val Castoriana y la construcción del monasterio ocurrieron en los primeros tiempos de la invasión ostrogoda, es decir, después del 487.
Cuando Eutiquio llegó a ser Abad, Florencio permaneció solo y, sufriendo, pidió al Señor que le enviara un compañero. Apenas salió del oratorio encontró un oso, al cual dio el encargo de llevar a pastar un pequeño rebaño de cuatro o cinco cabras, trabajo que el animal cumplía con cuidado. Pero cuatro monjes de Eutiquio, envidiosos del milagro de Florencio, mataron al oso, causándole vivo dolor. Eutiquio intentó consolar a Florencio, pero éste, inconsolable, pidió al Señor un severo castigo para los culpables, quienes, presos de una misteriosa enfermedad, murieron miserablemente.
A la muerte de Eutiquio, Florencio se mudó probablemente a Foligno, donde murió en el 540, y donde es conmemorado el 1 de junio . En Norcia la fiesta de Florencio es el 27 de junio. El Martirologio de Farfa, del siglo XI inscribe a Eutiquio el 23 de mayo, y el Martirologio Romano anterior colocaba en esta fecha a los dos juntos, aunque el actual sólo inscribe a Eutiquio, y menciona en el elogio de éste -pero sin inscribirlo en ninguna fecha- a san Florencio.
Traducido para ETF, con cambios, de un artículo de Filippo Caraffa en Enciclopedia dei santi, que recogemos de Santi e beati.