Importante figura de obispo y monje, evangelizador de la Bretaña, distinguido representante de la Iglesia celta de Gales. Vivió en el siglo VI y murió en 601; aunque es mencionado en documentos de los siglos VIII - X, su biografía fue escrita recién en el siglo XI por una cierto Rhygyfarch. Es muy fantasiosa y remeda la de san Benito.
David era hijo de Sant y de Nonna, y nació en el valle de Rhos, fue educado y formado por san Iltuto y después por Paulino; fue ordenado sacerdote y se retiró a una isla solitaria, donde permaneció diez años dedicado al estudio de la Sagrada Escritura. Luego abrazó la vida monástica y comenzó a evangelizar la Britannia (es decir, la actual Gran Bretaña, no la Bretaña francesa), todavía habitada por pueblos celtas; fundó doce monasterios, en los que estableció una vida de comunidad, austera, llena de estudio, trabajo y oración. Sobrevivió a un intento de envenenamiento de parte de los monjes, tal vez debido a la excesiva austeridad (en aquellos tiempos se intentaba resolver así algunos problemas de intolerancia, y también otros problemas). Fue a Jerusalén, donde fue consagrado obispo.
Al regresar a la patria sucedió a san Dubricio como obispo de Caerlon, de donde luego se trasladó a la sede de Menevia. Fue muy influyente en la vida monástica en el País de Gales, donde presidió varios sínodos, en los que se adoptaron decisiones disciplinarias y teológicas de importancia para la Iglesia celta. Aunque es difícil de creer, afirma la «Vida» que David vivió 147 años; su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación y con su nombre se han titulado muchas iglesias en Gales, en Irlanda y en Inglaterra.
Casi cuatro siglos después de su muerte, en el 966, su cuerpo fue trasladado a Glastonbury. Se celebra el 1 de marzo tanto en el Martirologio Jeronimiano como en el Celta y el Irlandés. Del monasterio y la iglesia fundados por él en Menevia, ahora Saint-David, no queda nada; en la única obra iconográfica donde se lo representa son los frescos de la iglesia de Saint Diwi de Landerneau, que lo muestra en el milagro obrado cuando la tierra donde estaba parado predicando se levantó para formar una colina, y la paloma del Espíritu Santo vino a posarse sobre su hombro.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli. En la imagen: el fresco del que habla el texto, en la iglesia de Saint-Divy, de autor anónimo, de 1676, actualmente catalogado patrimonio nacional en Francia. Puede verse más partes de la obra aquí.