San Hesiquio, obispo de Vienne, tenía dos hijos. El más joven de ellos fue el famoso san Avito de Vienne, el otro fue san Apolinar de Valence. Apolinar nació hacia el año 453 y se educó bajo la dirección de san Mamerto. Fue consagrado obispo por su hermano, antes de cumplir cuarenta años. Como el predecesor de Apolinar en la sede de Valence llevó una vida muy desordenada y la sede había estado vacante varios años, la herejía y la corrupción de costumbres habían invadido la diócesis.
Poco después del año 517, un sínodo condenó a un noble de la corte de Segismundo de Borgoña por haber contraído un matrimonio incestuoso. El culpable se negó a aceptar la decisión del sínodo. Segismundo le apoyó, y desterró a los obispos que habían participado en el sínodo. San Apolinar pasó más de un año en el destierro. Según se dice, Segismundo le restituyó a su sede cuando cayó víctima de una grave enfermedad. La esposa de Segismundo interpretó dicha enfermedad como un castigo divino por haber perseguido a los obispos y mandó llamar a san Apolinar a la corte; pero el santo se negó. Entonces, la esposa de Segismundo le mandó pedir que orase por su marido y que le prestase su manto. El rey sanó en cuanto le pusieron encima el manto. Inmediatamente envió un salvoconducto a san Apolinar y le pidió perdón.
Se conservan todavía algunas cartas entre san Apolinar y san Avito, que dejan ver el cariño que se profesaban ambos hermanos y abundan en rasgos de buen humor. En una de las cartas, san Apolinar se reprocha haber olvidado celebrar el aniversario de la muerte de su hermana Fuscina, cuyas alabanzas había cantado san Avito en un poema. En otra carta san Avito acepta la invitación a asistir a la dedicación de una iglesia, pero sugiere que se eviten los festejos demasiado mundanos. Habiendo recibido aviso de que moriría pronto, san Apolinar fue a Arles a visitar a su amigo san Cesario y a orar ante la tumba de san Genesio. Durante el viaje de ida y de vuelta a lo largo del Ródano, disipó varias tempestades y exorcizó a varios posesos. Aunque tradicionalmente se hace mención de esos milagros, los historiadores han puesto en duda la realidad del viaje de san Apolinar a Arles. El santo murió en Valence hacia el año 520. Es el principal patrono de la ciudad; en Francia se le Ilama familiarmente «Aplonay».
Aunque los bolandistas atribuyen a un contemporáneo del santo la biografía que publicaron en Acta Sanctorum, oct., vol. III, tal atribución es poco probable. Véase B. Krusch, en Mélanges Julien Havet (1895), pp. 39-56, y en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores merov., vol. III. pp. 194-203, donde hay una edición crítica del texto de la biografía. Cf. Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. I, pp. 154, 217-218, 223.