Reproduzco aquí la parte pertinente del relato sobre los 188 mártires del Japón publicado en L'Osservatore Romano, con ocasión de la beatificación, en noviembre de 2008 (el escrito completo de Mons. Esquerda Bifet puede leerse en la página del grupo):
Se trata de una familia de mártires. Estos tres fueron martirizados el 14 de noviembre de 1609. Hijo de Úrsula es el padre Tomás, o.p., mártir en 1634, ya canonizado por Juan Pablo II en 1987; también fue martirizado su otro hijo Miguel con su esposa e hijo en 1634, por haber dado alojamiento a su hermano, el padre Tomás.
El samurai Gaspar Nishi era protector y padre de los pobres y campesinos. El martirio de esta familia fue promovido de modo especial por un bonzo principal de Hirado, de una secta budista, mitad bonzos mitad soldados, prohibidos posteriormente, que era amigo del «daimyó». Los datos precisos del martirio se encuentran en la carta de monseñor Cerqueira, del 10 de marzo de 1610, dirigida al Papa Pablo V. Los mártires se prepararon con oración para el martirio. Gaspar, samurai, pidió morir como Jesús en una cruz, pero sólo se le concedió ser decapitado en el lugar donde anteriormente el misionero padre Torres había levantado la cruz. Úrsula y su hijo Juan murieron decapitados, arrodillados y pronunciando los nombres de Jesús y María. En sus cabezas, expuestas públicamente, pusieron la causa de la muerte: «por ser cristianos». Sus cuerpos fueron llevados a Nagasaki y posteriormente, en 1614, a Macao.