Mártir de la persecución nazi contra la Iglesia. Había nacido en Krasnystaw el 24 de abril de 1902, y luego de hacer los estudios en el seminario de Lublín, fue ordenado sacerdote el 27 de abril de 1926. Trabajó en varias parroquias y cuando ya tenía una cierta experiencia pastoral se le encomendó una difícil tarea: organizar la parroquia católica de Zamch en medio de una población mayoritariamente ortodoxa.
Como era de esperar, su trabajo se vio rodeado de problemas de todo tipo, llegándose a las acusaciones personales, que provocaron una encuesta oficial sobre su conducta, de la que salió plenamente justificado. La superioridad entonces lo trasladó a Gdeszyn como párroco, donde pasaría diez años de fecunda actividad pastoral.
En octubre de 1939 los alemanes le arrebataron la iglesia parroquial y la entregaron a la comunidad ortodoxa. Segismundo convirtió entonces el salón de su casa en capilla y allí siguió administrando los sacramentos a la comunidad católica, sometida bajo el clima de terror creado por los ocupantes y por los nacionalistas.
A nadie extrañó que finalmente arrestaran al párroco católico y lo sometieran a interrogatorios crueles en los que se pretendía que el sacerdote delatara a los comunistas y a los que se habían quedado con las llaves de la iglesia. Nada dijo el firme y paciente detenido, y por ello, sacado a las afueras del pueblo, murió fusilado. El papa Juan Pablo II lo beatificó como mártir el 13 de junio de 1999, con otros mártires de origen polaco víctimas del nazismo.