Nació en Osinaga (Navarra) en 1881, y fue bautizado con el nombre de Lorenzo. Educado cristianamente, no toma la resolución de ingresar en la Orden Hospitalaria hasta que tenía 27 años. Una vez hechos los votos religiosos, con el nombre de fray Pedro de Alcántara, es destinado sucesivamente a varias comunidades de su Orden hasta que es destinado al asilo-hospital de Barcelona. Aquí vive las peripecias de los primeros días de la revolución de julio de 1936, en que hubo en dicha casa religiosa registros, amenazas, destrucciones, profanación de la iglesia y objetos sagrados, incautación de los bienes de los hermanos, quienes estaban prácticamente en situación de detenidos; pero en la tarde del día 26 se los deja marchar.
Lorenzo Se refugia en casa de los señores Fuste. Aquí estuvo oculto y dedicado a la oración hasta que el 4 de septiembre una patrulla realiza un registro en la casa y al ser presentado como persona de humilde condición, él mismo declara su pertenencia a una orden religiosa y es detenido con varios familiares. Aunque le habían pedido que disimulara su condición de religioso no lo hizo, alegando que nada más hermoso que morir por Cristo. A los dos días dejaron libres a los familiares Fuste pero no a Pedro de Alcántara, al que asesinaron en la noche del día 11, ignorándose el sitio exacto y el paradero de su cuerpo. Fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II.