Reproduzco aquí la parte pertinente del relato sobre los 188 mártires del Japón publicado en L'Osservatore Romano, con ocasión de la beatificación, en noviembre de 2008 (el escrito completo de Mons. Esquerda Bifet puede leerse en la página del grupo):
León Saisho Shichiemon Atsutomo, era un samurai de alto rango, nacido hacia 1569 in Jonai, Japón. Había recibido el bautismo el 22 de julio de 1608, de manos del futuro mártir beato Jacinto Orfanel, O.P. El samurai convertido se entregó a un camino de oración y perfección. Instado repetidamente por su señor a apostatar, León resistió con fortaleza y ánimo tranquilo. Fue condenado a muerte por haberse bautizado en contra de las órdenes de su señor. Decía que «estaba dispuesto a morir antes que dejar de ser cristiano» (Carta de Mons. Cerqueira a Pablo V, 5 de marzo de 1609).
Salió para el lugar del martirio habiendo dejado sus armas, vestido con traje de fiesta; se arrodilló sobre una estera de paja ante una imagen pequeña del descendimiento de la cruz, que luego metió en su pecho, mientras enrollaba en su mano derecha el rosario. Lo decapitaron el 17 de noviembre de 1608 en Hirasa, hoy Sendai, diócesis de Kagoshima. Su martirio tuvo lugar donde él mismo había pedido, es decir, en el cruce de caminos (por significar la cruz de Cristo). El hecho de morir «con tanta seguridad y alegría... era cosa nunca vista en aquel reino» (Cerqueira, o.c., fol. 482).