Nació en Limoges el 1 de diciembre de 1737 y fue bautizado aquel mismo día en la parroquia de San Pedro. Llegada la juventud, opta por el sacerdocio y tras los estudios pertinentes es ordenado sacerdote. En 1763 es nombrado párroco de Saint-Hilaire-de-Foissac, hoy en el cantón de Lapleau.
Llegada la Revolución, se niega a prestar el juramento de acatamiento a la constitución civil del clero y es expulsado de su parroquia, por lo que se retira a Limoges, junto a su familia. Aquí es arrestado y encerrado en la prisión de La Regle. No tenía con qué subsistir, y puso esto en conocimiento de las autoridades, el 2 de mayo de 1793. Ni entonces ni en posteriores peticiones para sí y para su familia obtuvo nada.
El 2 de abril de 1794 el médico lo declara sano para la deportación. Parte para Rochefort, donde ya estaba el 5 de mayo, cuando fue objeto de un registro. Fue embarcado en Les Deux Associés y enfermó. Se le negó cualquier auxilio y así hubo de arrastrar muchos días su enfermedad, padeciendo muchísimo, y llegando al extremo de no quedarle sino la piel sobre los huesos. Aun así, sonreía a todos y llevaba su enfermedad y terrible situación con gran mansedumbre y paciencia. Todos admiraron su bondad y fortaleza espiritual. Murió el 22 de julio de 1794 y fue enterrado en la isla de Aix. Fue beatificado como mártir el 1 de octubre de 1995 por SS. Juan Pablo II.