El beato Ioan Suciu, hijo de un sacerdote greco-católico, nació el 3 de diciembre de 1907 en Blaj, Transilvania. Después de graduarse en filosofía y teología en Roma, recibió la ordenación sacerdotal el 29 de noviembre de 1931 y regresó a Blaj, donde enseñó en la Academia de Teología y se consagró como uno de los grandes oradores de la Iglesia y como "el apóstol de juventud".
Nombrado obispo auxiliar de Oradea, fue ordenado el 20 de julio de 1940; luego, a partir de 1947, fue nombrado Administrador Apostólico de Blaj. En este cargo reforzó el celo del clero y del pueblo con numerosas iniciativas pastorales y espirituales y con sus homilías, donde confirmó la fe del pueblo, ya sometido a presiones para abandonar la Iglesia Unida Rumana (Greco-Católica).
Muy popular entre los fieles y temido por las autoridades comunistas, fue arrestado dos veces en septiembre de 1948: cada vez en visita pastoral. Fue detenido por tercera vez el 27 de octubre de 1948 por odio a la fe católica y comunión con la Sede Apostólica. Desde el campo de concentración de Caldarusani, fue trasladado al Ministerio del Interior en Bucarest, donde fue sometido a duros interrogatorios en un intento fallido de involucrarlo en un juicio político. Fue trasladado en octubre de 1950 a la prisión de Sighet. Aquejado de colitis crónica, no recibió alimentación adecuada ni tratamiento médico y murió de hambre en Sighet, entregando su vida al Señor el 27 de junio de 1953. Fue enterrado en el "Cementerio de los pobres" de Sighet.
Tomado del decreto "Super martyrio".