Aunque no fue posible conseguir más datos, la imagen muestra una vista actual de la cueva de Escelino en el bosque, que aun se conserva y es meta de peregrinación. Según las noticias (muy inciertas) recopiladas en Acta Sanctorum, el beato recibió el hábito cisterciense de manos del propio san Bernardo. A la muerte del ermitaño su tumba fue lugar de peregrinación por los milagros que allí ocurrían. El nombre del beato tiene muchas formas de escribirse, e incluso es posible que se confunda con el de otro beato celebrado el 6 de agosto -no incluido en el Martirologio Romano actual- Gezelino o Gozelin, de Colonia, Alemania, muerto aproximadamente en 1149.
Ver Acta Sanctorum, adosto, II, 175-179.