Particularmente notable fue el gobierno del abad Benincasa en la abadía de ka Santísima Trinidad de Cava dei Tirreni; su mandato coincidió con el período de mayor esplendor de esta célebre abadía, fundada en 1020 por san Alferio. El 30 de enero de 1171, sucediendo al beato Marino, tomó posesión del título; fue definido como «pío, prudente y óptimo pastor». En 1172 asistió al rey de Sicilia, Guillermo II el Bueno, que había estado enfermo en Salerno. Éste, en agradecimiento, añadió en 1176 a la congregación de Cava un monasterio que había terminado de construir en Monreal, y el abad envió a Sicilia un centenar de monjes para poblarlo. Dos años después embarcó en la nave propiedad del monasterio (y esto ya habla de la importancia de la abadía) para hacer la visita a los residentes. En esa ocasión, el rey Guillermo puso bajo su protección a la Congregación de Cava, y en especial a la Abadía de la Trinidad, dando al mismo tiempo al abad la facultad de crear vasallos.
Incluso el rey de Jerusalén Balduino IV, con documento datado el 8 de noviembre de 1181, dio a la nave de Cava el derecho de amarrar en los puertos de Levante, concediéndole plena libertad de exportación e importación, exenta de toda forma de aduana. En 1182 el rey Guillermo resolvió a favor de la abadía la controversia con el obispo de Salerno, Nicolás, sobre la posesión del puerto de Vietri. Hospedó para hacer penitencia al antipapa Inocencio III; los obispos querían tener en sus diócesis a los monjes cavenses por el gran bien que obraban; los papas concedieron autonomía espiritual a los abades de Cava, de modo que su jurisdicción se extendía a las tierras e iglesias que les eran donadas, rindiendo cuentas sólo al papa; la abadía se convirtió en un bastión de los papas, en la que podían confiar plenamente.
Benincasa murió el 10 de enero de 1194, después de 23 años de gobierno, y fue sepultado en la cripta Arcisia, cerca de san Alferio. El 20 de octubre de 1675 sus reliquias fueron trasladadas junto a las de los otros santos y beatos cavenses a la capilla De los Santos Padres. El título de beato fue confirmado por la Santa Sede el 16 de mayo de 1928.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli. En el artículo dedicado a Alferio, el fundador de Cava, hay referencias al web de la abadía.