Este obispo de la Iglesia greco-católica ucraniana clandestina ha sido reconocido como mártir por cuanto, a la hora de ponerlo en libertad, los soviéticos le inyectaron una sustancia desconocida que lo enfermó y al cabo de cuatro años de sufrimientos lo condujo a la muerte.
Había nacido el 1 de junio de 1903 en Stamslaviv (hoy Ivano Frankvisk). Sintiendo la vocación religiosa ingresó en 1925 en la Congregación del Santísimo Redentor, en la que hizo la profesión religiosa y los pertinentes estudios, ordenándose de sacerdote. Ejerció con provecho su ministerio misionero en Volyn a lo largo de siete años y en 1942 fue nombrado superior de la casa de su congregación en Ternopol. Aquí estaba cuando, acusado de actividades contra el Estado, fue arrestado y encarcelado el 11 de abril de 1945, siendo condenado en el juicio a diez años de detención en el campo de concentración de Vorkuta en Siberia. Allí pasó dichos años, y fue puesto en libertad en 1955. Volvió a Lvov y estando allí le llegó el nombramiento clandestino de obispo, pero, dadas las terribles condiciones de persecución religiosa en que se estaba, no pudo ser consagrado obispo hasta 1973.
Sus actividades apostólicas volvieron a hacerlo odioso a los ojos del régimen dictatorial existente y fue nuevamente detenido, acusado de organizar estudios teológicos secretos en Ternopol. Fue condenado a tres años de exilio y antes de ser puesto en libertad, el 27 de enero de 1972, le pusieron la indicada inyección. Murió en Winmpeg, Canadá, el 30 de junio de 1973, y fue beatificado el 26 de junio de 2001.