Bartolomeu Fernandes dos Mártires nació en Lisboa en maayo de 1514. Su nombre «de los Mártires» recuerda a la iglesia Santa María de los Mártires, donde fue bautizado. Recibió el hábito dominicano el 11 de noviembre de 1528, hizo el noviciado en el monasterio de Lisboa, y concluyó los estudios filosóficos y teológicos en 1538. Enseña en los conventos de Lisboa, «De la batalla» y Évora (1538 a 1557), pasando a prior de Benfica, en Lisboa, en 1557.
En 1558 es presentado por la reina Catalina para suceder a D. Frei Baltesar Limpo, O. Carm., Arzobispo de Braga, y el papa Paulo IV lo confirma con la bula Gratiae Divinae Praemium, fechada el 27 de enero de 1559. Es ordenado obispo en septiembre de ese mismo año, en Lisboa. Aceptó esa dignidad por obediencia a su prior provincial, el célebre Fray Luis de Granada, quien, habiendo sido designado primero por la Reina, le aconsejó que primero postulara a Bartolomé.
Su actividad apostólica en la vastísima arquidócesis es multifacética. Se destacó por la realización de las visitas pastorales, y por la constante evangelización del pueblo, para lo cual tenía preparado un catecismo de doctrina y prácticas espirituales (del qeu se hicieron 15 ediciones); la solicitud por la cultura y la santidad del clero le llevó a instituir aulas de teología moral en varios locales de la diócesis y escribir unas 32 obras doctrinales. Merece especial consideración la llamada «Stimulus Pastorum», distribuida a los Padres de los concilios Vaticano I y II, y que ya tuvo 22 ediciones.
En 1561 a 63 participa en el Concilio de Trento, donde presentó 268 peticiones como síntesis de las interpelaciones de reforma de la Iglesia. Y para concretar las reformas tridentinas en la diócesis convocó un sínodo diocesano en 1564 y otro provincial en 1566. Pocos años más tarde comienza la construcciónd el Seminario Conciliar en Campo da Vinha.
El 23 de febrero de 1582 renuncia al arzobispado para retirarse al convento dominico de Santa Cruz, en al ciudad de Viana do Castelo, que había sido establecido con su propio empeño por favorecer los estudios eclesiásticos y la oración. Ocho años más tarde, el 16 de julio de 1590 muere en ese mismo convento, con fama de santdad, y aclamado por el pueblo como padre de los pobres y de los enfermos. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 4 de noviembre de 2001, memoria de san Carlos Borromeo, con quien el beato había trabajado arduamente en la realización de los objetivos del Concilio de Trento.