Tal día como hoy del año 1941 en Dzaldowo, Polonia, recibía la corona del martirio el obispo Antonio Julián Nowowiejski. Su figura serviría para encabezar una gloriosa lista de mártires a quienes el papa Juan Pablo II colocó en el honor de los altares el día 13 de junio de 1999, en el curso de una de sus visitas apostólicas a su propio país. El beato nació en Lubienie, Polonia, el 11 de febrero de 1858, el día de la apanción de la Virgen de Lourdes. Estudió bachillerato en Radom y, al término del mismo, su familia se trasladó a Plock. Decidida su vocación sacerdotal, ingresó en el seminario de esta ciudad en 1874, pasando en 1882 a Petersburgo, en cuya Academia de teología hizo los grados. Se ordenó sacerdote el 10 de junio de 1881. Destinado al seminario, fue profesor del mismo y luego vicerrector y rector. En 1902 fue nombrado Vicario general.
En 1908 la Santa Sede lo elige para obispo de Plock. Hizo una gran labor pastoral en la diócesis, logrando frutos abundantes de vida cristiana, reconocidos por el papa Pío XI que le dio en 1930 el título de arzobispo. Llegada la invasión alemana en septiembre de 1939, se negó a huir, permaneció en su puesto y continuó su labor pastoral. Su arresto se produjo el 28 de febrero de 1940. Estuvo un año recluido en Slupno, y el 8 de marzo de 1941 era llevado al campo de exterminio de Dzialdowo, donde recibió innumerables malos tratos y torturas que soportó con buen ánimo y mansedumbre evangélica. Su salud se resintió hasta el punto de no soportar tantas miserias, y falleció de debilidad el 28 de mayo de 1941.
Este breve escolio biográfico está extraído de un artículo de Jose Luis Repetto Betes que trata del conjunto de los mártires de Polonia durante el nazismo.