Personajes como el de Fray Cristóforo, el capuchino en «Los novios» de Manzoni, se han repetido durante siglos, como el beato Andrés Gallerani de Siena, que de hecho fue anterior en el tiempo al personaje de Manzoni, pero sobre todo, realmente existió.
Andrés era de la noble familia sienesa de los Gallerani, nació precisamente en Siena en el siglo XIII, y de joven, por razones que se desconocen, mató a un hombre; la justicia de los gibelinos sieneses lo condenó al destierro. No sé sabe cuándo, pero apenas pudo volver a Siena, tal vez arrepentido de su impulsivo delito, se dedicó plenamente al servicio de los enfermos y necesitados. Disponiendo de propiedad y bienes de valor, los destinó a la fundación, o quizás refundación, de un hospital público, llamado «De la Misericordia»; reunió a su alrededor un grupo de conciudadanos que, siguiendo su ejemplo, se dedicaban a obras de caridad y asistencia, y al mismo tiempo llevaban una vida de pobreza.
Fueron llamados «Hermanos de la Misericordia», pero en realidad no fue una orden religiosa, sino una organización benéfica, donde cada miembro individualmente escogía una vida espiritual según sus propios deseos.
Esta forma de organizarse era característica de los terciarios franciscanos y dominicos, o de los «Humillados» (Umiliati); después de la muerte del beato Andrés, la Tercera Orden de los Umiliati, asociación laica parcialmente transformada en orden religiosa en 1201 y suprimida en 1571, tuvo en Siena más presencia que otras, por lo que se ha dicho que Gallerani perteneció a esa orden.
Ya en vida tuvo fama de santidad, reputación que aumentó considerablemente después de su muerte, ocurrida el 19 de marzo de 1251 en Siena; tanto que el obispo de la ciudad, Bandini, en 1274 concedió una indulgencia especial a aquellos que visitaran su tumba, colocada en la Iglesia de los Predicadores, el lunes santo. Luego por disposición del papa san Pío V (1504-1572), esta indulgencia se trasladó al lunes después de Pascua, y aún está en vigor. En Siena, surgió también una especial asociación que lleva su nombre, que unía como miembros a los nobles de la ciudad. Su culto fue confirmado el 13 de mayo de 1798 por el papa Pío VI. Su fiesta se celebra en Siena el 20 de junio.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.