Desde joven estuvo vinculada a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Isabel, al principio a través del colegio de Santa Isabel y luego ingresó a la familia religiosa en 1925. Murió dos años después tras haberse destacado por la búsqueda de la perfección en la vida religiosa, por sus escritos espirituales, y su relación mística con el Señor.
Es autora del libro “Mayor perfección”, publicado a título póstumo.