Era laica, nacida en Valencia el 22 de enero de 1891, bautizada en la Iglesia de San Esteban, y asesinada el 11 de diciembre de 1936. Su vida se caracterizó por una intensa devoción y por la participación diaria en la Eucaristía. Se incorporó como miembro de la Acción Católica, y se dedicó a obras de carácter social y en defensa de los derechos de la Iglesia. Con el estallido de la persecución anticristiana, María Pilar no vaciló en ofrecer su vida por la causa de Dios e intensificar su apostolado, Transformó su casa en un centro de acogida de sacerdotes buscados. En la noche del 29 al 30 de agosto de 1936 fue descubierta y encarcelada. Cuando se enteró de que había sido sentenciada al fusilamiento se puso la mejor ropa que tenía en su poder para ir al encuentro del Señor.