Lucía Szewczyk nació en 1828 en una familia polaca en Wolyn (hoy Ucrania). En su primera infancia perdió a sus padres y fue criada por su hermanastra mayor. Siempre sintiendo la llamada a la vida religiosa, a la edad de 20 años, entró en la Orden Terciaria de San Francisco de Asís. Debido a la situación política de la Polonia ocupada, no pudo unirse formalmente a ninguna congregación religiosa.
Para fortalecer su fe y amor a Dios, en 1870 Lucía emprendió una peregrinación a Tierra Santa. Quedó profundamente conmovida por esta experiencia y decidió dedicar su vida a ayudar a los pobres, los ancianos y los enfermos. Declaró su deseo a su confesor, el padre Honorato Kozminski, que aprobó su decisión y la animó a comenzar el trabajo. El primer paso fue invitar a dos ancianas pobres y enfermas a vivir en su apartamento. Cuidaba de ellas en secreto, porque cualquier actividad de caridad o de la iglesia estaban estrictamente prohibido por los decretos del emperador de Rusia, que en ese momento gobernaba Polonia.
No pasó mucho tiempo antes de que algunas mujeres más jóvenes fueran a vivir con ella y se unieran a su obra. Al igual que Lucía, querían dedicar su vida a servir a Dios ayudando a los pobres. Más tarde, para dar cabida al mayor número de necesitados y poderles servir mejor, Lucía decidió comprar una casa con un jardín. Como resultado, en 1881, siguiendo el consejo del Padre Honorato, Lucía fundó formalmente una nueva congregación religiosa, cuyo objetivo era ayudar a los necesitados, los pobres, los enfermos y la mayoría de la sociedad. Tomó allí el nombre de Madre Margarita.
Como monja, la Madre Margarita llevó una vida muy ascética, ayunando mucho y no renunciando nunca a sus funciones. Dirigió la creciente Congregación durante 20 años. Los últimos meses de su vida los pasó en Nieszawa. Los muchos años de servicio cobraron su parte en ella y hacia el final de su vida afrontó problemas de salud. Su vida devota llegó a su fin el 5 de junio de 1905. Con un permiso especial de las autoridades de la Iglesia, su cuerpo fue trasladado a Oswiecim y enterrado en la iglesia de su Congregación. Desde su muerte, la gente continuamente acudía a orar delante de su tumba presentando sus peticiones y pidiendo su intercesión. Fue beatificada el 9 de junio de 2013 en Cracovia.
Basado en la hagiografía de Catholic.net, firmada por Javier Villalta.