Nació en Florencia el 31 de mayo de 1773, de padre francés y madre alemana, que estaban al servicio del Archiduque Leopoldo I; pero a los tres años quedó huérfana de madre, por lo que fue educada en dos monasterios, primero en Italia y después en Francia, junto a su hermana Luisa.
Las dos regresaron a Florencia en 1789 y, siguiendo la tradición familiar, entraron al servicio del Archiduque como institutrices de sus hijos. Mantuvieron esta tarea incluso cuando el Archiduque, por la muerte de su hermano José II, resultó Emperador, y se trasladó a Viena con todo su séquito.
En 1792 murió el Emperador Leopoldo, y las hermanas pasaron al servicio de su hija, la Archiduquesa María-Ana de Habsburgo-Lorena, que era una mujer de gran piedad e inclinación religiosa, junto a la cual fue madurando la vocación de Leopoldina.
En 1799 la Archiduquesa, y las dos hermanas, en la Abadía de los benedictinos de Praga, y ante el P. Nicolás Paccanari, pronuncian votos religiosos y el propósito de fundar una congregación que se dedicase a la obra educativa. Leopoldina fue nombrada superiora de esa congregación aun en proyecto. Comienzan las tres una peregrinación a Roma para obtener la aprobación. Al llegar a Verona junto con sus compañeras, se integraron en la obra caritativa de santa Magdalena de Canossa, pero sin perder su identidad de congregación.
El 9 de noviembre de 1816 el grupo pudo conseguir su propia casa, y surgió así el Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia. Madre Leopoldina murió el 17 de agosto de 1834, luego de que la congregacióm haya sido aprobada por el gobierno austríaco y por la Santa Sede.