Cuando al padre Jorge Reinaudo se le ocurrió usar las redes sociales para difundir el Evangelio entre los jóvenes, nunca imaginó que la idea lo fuera a convertir en uno de los instagrameros más populares del momento. Sintió que había que llegar a los jóvenes desde otro lugar y tuvo un impacto increíble en sus espacios en las redes sociales, donde se propone transmitir el Evangelio con humor y vivir la religión con alegría.
“Estamos en una sociedad que se nos presenta como negativa, una propuesta de alegría y de positivismo hace mucho bien”, dice, y cuenta que no sólo recibió apoyo de su obispo sino que fue contactado por otras autoridades de la Iglesia para conocer lo que hace y multiplicarlo.
Jorge tiene 27 años y es cura desde hace 45 días. Se graduó en la Diócesis de Río Cuarto, en Córdoba, y cuando terminó sus estudios se propuso comunicar la palabra de Dios a través de divertidos videos de un minuto de duración.
Comenzó con grabaciones destinadas a los chicos que van a catequesis en su parroquia, la de Jesús Resucitado de Banda Norte, y ahora tiene seguidores de todo el mundo.
“Es una propuesta de humor. Evangelio significa buena noticia y las buenas noticias se comunican con alegría. Esto le hace mucho bien a la gente, que recibe la palabra de Jesús, la cual es nueva cada vez que la leemos”, contó Jorge en una entrevista.
Uno de los desafíos pastorales que se plantó Jorge es llegar a los jóvenes de entre 15 y 35 años, que generalmente no van a misa. Para ello, pensó en las redes sociales como el canal ideal para acercarse a ellos. No sólo sube a Instagram (@jlreinaudo) posteos súper divertidos y videos que logran en poco tiempo más de mil reproducciones sino que envía el Evangelio por WhatsApp.
“Soy iniciador de una propuesta que la gente recibe con alegría y trasmite con alegría”, celebra, y agradece que la Iglesia lo respalde. “Estamos en una sociedad que se nos presenta como negativa. Una propuesta de alegría y de positivismo hace mucho bien, conmueve, contagia y arrastra. La gente lo difunde porque el contenido hace mucho bien al corazón”, comentó.
A Reinaudo, la vocación por convertirse en sacerdote le surgió cuando era adolescente. En ese momento conoció a un cura que era feliz junto a los jóvenes. Era el padre Víctor Puñata, quien falleció cinco meses después.
Su fallecimiento le dejó al joven Jorge la sensación de querer saber más sobre él y el trabajo que hacía. Tiempo después comenzó a preparase y hoy sigue con alegría los pasos de aquel sacerdote que tanto admiraba. “Soy el iniciador de una propuesta que la gente recibe con alegría y trasmite con el mismo sentimiento. Me gusta hablar en plural porque quiero que la gente se involucre”, consideró.
Antes de que se hiciera popular en la Argentina, el cura Reinaudo ya era conocido en otros países de la región como en Colombia, Venezuela y el sur de Estados Unidos. Ahora su popularidad se extendió a Taiwán, Inglaterra, Italia y España.
“Turquía fue la gran sorpresa porque allí hay conflictos religiosos. Me impacta porque esta propuesta de la alegría no es sólo para Argentina, sino que es para todo el que siente en el corazón el deseo de compartir el Evangelio”, concluyó.