Son bastante complejos los estudios hagiográficos que tienen como objeto estos dos santos mártires, Corona y Víctor; tantas son las celebraciones de los varios antiguos calendarios y martirologios, latinos, griegos y coptos. En esta breve nota se tendrá en cuenta sólo la celebración del 14 de mayo, reportada por el Martirologio Romano. La incerteza de las noticias alcanza también a la ciudad del martirio, la «Passio» griega dice que fue Damasco, la copta, que Antioquía, y las fuentes latinas dice Alejandría de Egipto, e incluso Sicilia. También la fecha es controvertida, según las fuentes griegas habría sido en tiempos del emperador Antonino (138-161), según las coptas, en tiempos de Diocleciano (243-313). El Martirologio Romano lo ubica en el siglo III y en Siria, sin especificar el lugar exacto.
Víctor era un soldado cristiano que procedía de la Cilicia, el cual durante la persecución de Diocleciano fue expuesto a crueles tormentos por parte de un «dux» o «comes» de nombre Sebastián. Mientras él sufría esas torturas que le infligían, se acercó a confortarlo y darle ánimos la joven esposa de un compañero de armas, también ella cristiana, cuyo nombre era Corona (equivalente latino del griego Stephana), que no tenía aun dieciseis años.
Visto esto los paganos la arrestaron también, y después de un breve interrogatorio, ataron a la joven a dos árboles de palmera replegados, que, una vez sueltos, se acomodaron y la descuartizaron. El joven soldado Víctor, en cambio, fue decapitado. El martirio de los dos jóvenes cristianos, y en especial la figura de Víctor, fue representado por muchos y célebres pintores y obras expuestas en iglesias y plazas públicas del Renacimiento.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.