Juan Pedro Néel nació en 1832 en la diócesis de Lyon, e ingresó ya joven en la Sociedad de las Misiones Extranjeras, respnsable en el siglo XIX de la evangelización en China -y por supuesto en muchos otros puntos del planeta-. Partió en 1858, ya ordenado, hacia Kong-tchéou, en China. Desarrolló por cuatro años un amplio trabajo pastoral, hasta que en diciembre de 1861 Mons. Faurie le envía a bautizar a unos catecúmenos que habían sido ya preparados para ello en Kia-cha-loung. Llega al lugar en enero, y se dedica a continuar con la preparación de bautizandos y la predicación de la fe, de modo que en febrero tiene ya un grupo de 50 neófitos.
Sin embargo las autoridades son advertidas de las actividades del misionero, y caen sobre la comunidad. Esto escribe el mártir a su obispo el 16 de febrero: "Estaba por ponerme en camino a la capital mañana, pero he aquí que el diablo perturba mi pequeño traslado: me quedo en mi posición para apoyar a los neófitos, de entre los que el más mayor, Juan Zhang, mi anfitrión, ha sido bautizado esta mañana."
Dos días más tarde la guardia nacional, los espías y unos mandarines entran en la casa de improviso, apalean a los que estaban allí, roban los bienes, y arrastran al P Néel atado de la cola de un caballo hasta la aldea de Kay-tchéou. Ese mismo día son muertos y abandonados sin sepultura el misionero y tres mártires del lugar: Martín Wu Xuesheng, laico catequista, casado, que había nacido en 1815; Juan Zhang Tianshen, que había nacido en 1805, y es el que menciona el misionero en su carta, bautizado el 16 de febrero; y Juan Chen Xianheng, también laico, nacido en 1832, que servía en la misión. El obispo consiguió que los restos de los mártires fueran recogidos y conservados como reliquia.
Ver Archivo de la Sociedad de Misiones Extranjeras.