No hay una "Vita" de estos mártires, pero el menologio griego transmite la pequeña anécdota de que Basilisa era una viuda acaudalada, que daba de su dinero al joven Calinico para que alimentara y ayudara a los cristianos encarcelados que esperaban el martirio. La obra de estos dos llegó a oídos de las autoridades, y fueron apresados y -dado que no quisieron apostatar- muertos por decapitación. Esto ocurrió posiblemente en época de la persecución de Decio (mediados del siglo III), pero no es posible saberlo con certeza.
Ver Acta Sanctorum, marzo, III, pág. 377-378.