Desde pequeño se encaminó al sacerdocio, y llegada la edad, ingresóen el Seminario de San Sulpicio, cerca de su ciudad natal, en octubre de 1834. En octubre de 1836, Antoine se traslado al Seminario de San Sulpicio de París, y en 1841 fue ordenado sacerdote y asignado a la parroquia de Roye como sacerdote asistente. Pero apenas dos años más tarde el padre Daveluy se unió a la Sociedad de Misiones Extranjeras de París.
Parte en febrero de 1844 a Macao y llega seis meses después. Mientras tanto, el obispo Ferreol estaba tratando de ir a Joseon, y convenció a Daveluy de ir junto con él. En Shanghai, el obispo y los padres Kim y Daveluy van a Corea en un barco de madera. Llegaron a Ganggyeong en Chungcheongnam-do después de un viaje largo y tormentoso.
Daveluy comenzó su trabajo pastoral en 1846. Administró los sacramentos a más de 700 católicos en los dos primeros meses, y posteriormente bautizó a más de 1700 personas en dos años. Debido al ambiente insalubre su mal estado de salud empeoró, pero durante su enfermedad enseñaba latín a los jóvenes seminaristas, y también durante ese tiempo escribió un diccionario coreano-francés, que se perdió durante la persecución de 1866.
El obispo Berneux, sucesor de Mons. Ferreol en 1856, ordenó al P. Daveluy como obispo -en una casa privada el 25 de marzo de 1857-, y lo hizo coadjutor tan pronto como llegó a Corea. El nuevo obispo se ofreció como voluntario para cuidar de las zonas remotas más difíciles. Asimismo, imprimía y publicaba libros católicos. La mayoría de los libros de historia católica disponibles hoy en día fueron escritos por él.
Después de que el obispo Berneux fue martirizado en marzo de 1866, el obispo Daveluy pasó a ser el quinto Vicario Apostólico de Corea, aunque por un corto período, de apenas 23 días. En efecto, el 11 de marzo de 1866, el obispo y su asistente, Lucas Lucas Hwang Sok-du fueron arrestados. El propio obispo se entregó a la policía cuando esta llegó al pueblo, para evitar que fueran prendidos multitud de cristianos. El 14 de marzo, junto con otros dos misioneros, los padres Aumaitre y Huin, fueron enviados a la cárcel de Seúl. Los misioneros fueron torturados e interrogados, y el obispo, que podía hablar bien coreano, fue tratado con mayor severidad. Pero defendió la fe católica con elocuencia.
Como el rey se iba a casar, quizás por motivos supersticiosos, se prefirió que el lugar de ejecución no fuera Seúl, sino que una base naval en Chungcheong-do, a unos 100 kilómetros de la ciudad. El obispo Daveluy fue decapitado el viernes Santo de 1866, que aquel año cayó 30 de marzo, junto con sus compañeros, el padre Aumaitre y el padre Huin, y tres catequistas, Lucas Hwang Sok-tu, José Chang Chu-gi y Tomás Son Cha-son.
Pedro Aumaître, nacido en Aizecq, Charente (Francia) en 1837, y Martín Lucas Huin, nacido en Guyonvelle, Haute-Marne, también en Francia, en 1836, eran, al igual que el obispo, sacerdotes de las Misiones Extranjeras. Aumaitre había llegado a Corea en 1863, mientras que Huin no hacía aun un año de su estancia en la misión coreana.
Lucas Hwang Sok-tu había nacido en Yonp’ung, Ch’ungch’ong, Corea del Sur, en 1813, de una familia muy rica, se convierte a los 20 años y tiene que soportar el desprecio de los suyos, especialmente de su padre, quien finalmente se convierte, con toda la familia. Lucas colaboraba en la traducción de libros cristianos al coreano.
José Chang Chu-gi había nacido en el seno de una familia cristiana en 1803 en Suwon, Kyonggi-do, también Corea del Sur; y era como los otros dos compañeros, catequista; es descripto como un cristiano cultivado, prudente y de una desarrollada piedad. Tomás Son Cha-son era catequista, casado, y había nacido en 1839 en Deoksan, Chungcheong-do, también Corea del Sur. Aunque pertenece al mismo grupo y se lo inscribe en esta fecha, murió en prisión, el 18 de mayo.
Durante tres días los cuerpos de los tres mártires fueron abandonados en la playa, pero al tercer día uno no católicos del barrio los enterraron. Tiempo más tarde los creyentes se trasladaron sus cuerpos a Sojukgol en Hongsan, y los enterraron allí. Después de varios traslados, en la actualidad las sagradas reliquias se conservan en la cripta de la Iglesia de Jeoldusan.
El grueso de esta hagiografía fue tomado del sitio oficial que la Iglesia de Corea dedica a los 103 mártires; los datos fueron cotejados y completados con Dallet, Historie de L'Église de Corée, II, pág 550ss.