Berlinda nació en los últimos decenios del siglo IX de Odelardo, señor de Meerbeke, y de Nona, a veces mencionada como hermana de san Amando. Hacia el 880, durante la invasión normanda de Flandes, Odelardo estuvo encargado de la defensa del territorio entre Anversa y Condé. Durante esa guerra perdió a su hijo Eligardo, y después de la derrota de los normandos, en el 891, vuelto a Meerbeke, fue atacado por la lepra. Berlinda, que ya había quedado huérfana de madre, pasó esos años cuidando de su padre amorosamente. Pero un día su padre creyo notar en su hija -con razón o no- cierto rechazo por su enfermedad, e irritado, la desheredó en favor del monasterio de Santa Gertrudis de Nivelles.
Berlinda, abandonada por su padre, se retiró al monasterio de Moorsel, cerca de Alost, donde vivió varios años en extrema pobreza con algunas monjas que habían regresado -después de la invasión normanda de Chevremont- de Lieja, donde se habían refugiado. Un día tuvo la revelación de la muerte de su padre, y regresó a Meerbeke. Se hizo cargo del entierro en la iglesia del monasterio de San Pedro, devastada, y cediendo a las preocupaciones de sus parientes, permaneció un tiempo en Meerbeke, llevando una vida de austeridad, oración y caridad, junto con algunas otras mujeres piadosas que se habían reunido a su alrededor.
Junto con los hechos, la Vita mencionada narra, además de los muchos milagros realizados después de muerta, también muchos realizados en vida, algunos claramente fantasiosos. Berlinda murió 27 años después que su padre, entre el 930 y el 935, y fue sepultada en la iglesia de san Pedro. Sólo después de su muerte la abadía de Nivelles tomó posesión de los bienes de Meerbeke, y promovió el culto de Berlinda. El obispo de Cambrai Autberto II (960-965), a treinta años de la muerte de la santa, procedió a una solemne traslación de las reliquias (rito que en esa época equivalía a una canonización) a la nueva iglesia de la Virgen construida en Meerbeke. El cuidado de esta iglesia fue confiado a una comunidad de seis monjas y de seis eclesiásticos puestos bajo la dirección de un preboste, nombrado por la abadesa de Nivelles. Algunas reliquias de la santa fueron llevadas al monasterio de San Esteban de Tulle.
Berlinda es una de las santas más populares y veneradas en Bélgica. Está considerada como especial protectora contra varias enfermedades, en particular de los animales, y dentro de estos de los bovinos; y por ello es especialmente popular en lso ambientes rurales. En tiempo de Pentecostés se hacen peregrinaciones de campesinos de Flandes, Brabante y Hainaut a Meerbeke, al sepulcro de la santa. Además de la fecha del 3 de febrero, se la recuerda también en otras fechas, como 3 de mayo, 3 de septiembre y 29 de octubre, aniversarios de diversas traslaciones de reliquias.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Gian Michele Fusconi en Enciclopedia dei Santi. La Vita puede verse en Acta Sanctorum, febrero, I, pág 377ss.