Hijo de Sergio y Crisofónica, nació a inicios del siglo X en Castronuovo, en Sicilia (Val di Mazara). Inició la vida monástica en el monasterio de San Felipe de Agira, en las laderas del Etna, usina de muchos ascetas calabro-sicilianos de los siglos IX y X. Deseando realizar la ritual peregrinación a la tumba de los Apóstoles en Roma, después de cinco años en el monasterio pidió permiso al abad. Al retorno se detuvo en Calabria, y comenzó vida eremítica en las cercanías de Santa Severina. Después de dos años retornó a Sicilia, a un monasterio vecino al de Agira; transcurridos doce años Vital, evidentemente siempre en busca de un apaciguamiento de su espíritu, retornó a Calabria, donde peregrinó por la región.
Cerca de Cassano encontró al monje Antonio, que llevaba una vida muy rígida en una gruta. Vital permaneció allí unos días, dándole sabios consejos de moderación, y después prosiguió hasta Piedra Roseti, en el confín de la Lucania, y aquí, después de haber expulsado a unos malhechores de una decadente casa, la transformó en un cenáculo de monjes. Pasado luego al «Mercurion» y al «Latiniano», en Lucania, sitios organizados de vida monástica local, volvió a moverse por la región, fundando monasterios en varios lugares y confortando a los monjes, angustiados por las invasiones sarracenas.
Junto a otros dos santos monjes, fue también a Bari, donde fue recibido por el gobernador, Basilio, en el 979. Retornado a Lucania, se abocó a restaurar el monasterio de los santos Adrián y Natalia, atacado por los sarracenos, pero en un segundo asalto fue hecho prisionero, y sufrió muchos malostratos. Liberado, se refugió junto a su sobrino Elías, también monje, en la zona de Torri, donde edificó una iglesia, y luego, siempre junto a Elías, fue a Rapolla, donde fundó un monasterio, y aquí, luego de haber arreglado su sucesión en la dirección del cenobio, murió a edad avanzada, el 9 de marzo del 993.
Sepultado en la iglesia del monasterio, después de 30 años, por su voluntad expresa, fue trasladado por su sobrino al cenobio de Guardia Perticara, fundado por el propio sobrino, y acogido por el obispo de Torri y por los fieles. Tuvieron lugar más tarde otras traslaciones a otros monasterios e iglesias, para poner a resguardo de las incursiones sarracenas las reliquias. El cuerpo de san Vital, junto al de san Lucas de Demenna, fue trasladado a la catedral de Tricarico. La vida del santo, escrita en griego por un autor contemporáneo, fue traducida al latín para uso litúrgico en 1194, y dedicada a Roberto, obispo de Tricarico.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.