Sobre este segundo fundador de la abadía de St. Gallen se conservan numerosas fuentes históricas antiguas que ilustran suficientemente su obra: documentos contemporáneos existentes en el archivo de la antigua abadía, y además la «Vita anti Otmari», escrito por Gosberto hacia el 830, y reelaborada por Valafrido Stribon entre el 834 y el 838; la relación de milagros, escrita por Isón emtre 864 y 867; y en fin, múltiples indicios que se encuentran en la Vida de san Gallo, y otros escritos.
De acuerdo con estos documentos Otmar, un alamano de la región del lago Constanza, nació alrededor del 689 y fue educado en la corte del gobernador Víctor en Chur (Curia Raetorum), donde fue ordenado sacerdote y tomó la dirección de la iglesia de San Forino; el conde Waltram lo llamó el 719 a St. Gallen, donde el santo irlandés Gallo había fundado un eremitorio en el año 612. Otmar construyó allí un monasterio de cenobitas que sustituirían a los antiguos anacoretas. El Professionum Liber conservado hasta la actualidad nos da los nombres de cincuenta y tres monjes de su tiempo. De toda Alemania se hicieron donaciones al rico monasterio, que aún conserva los documentos originales.
El abad Otmaro practicó junto con sus monjes la pobreza, la paciencia, la fidelidad a la regla de san Benito, introducida el 747 en lugar de la antigua regla irlandesa, y también se distinguió en la caridad hacia los pobres y el espíritu de sacrificio en el cuidado de los enfermos. Erigió un albergue para los pobres y un hospital especial para los leprosos, a quienes cuidaba personalmente. El monasterio se convirtió en un centro religioso y civil del ducado de Alemania. Pero esto trajo sobre Otmar la mala voluntad del rey de los francos, Pipino, que quería destruir la independencia de la provincia, y la envidia de los comisarios francos Warino y Rutardo. Además, el obispo de Constanza Sidonio avanzó injustas pretensiones de propiedad para sí mismo y para su diócesis sobre el monasterio. Estos enemigos indujeron al infiel monje Lamperto a levantar falso testimonio, acusando a su abad, que por cuarenta años había regido gloriosamente el monasterio, de haber cometido adulterio. Otmar fue condenado a morir de hambre y finalmente exiliado a la pequeña isla de Werd, en el Rin, donde murió a la edad de setenta años, el 16 de noviembre del 759, en completa soledad.
Diez años más tarde sus restos fueron traídos por los monjes al monasterio de St. Gallen, donde en el 764 fue canonizado por el obispo de Constanza Salomón. En el 867 tuvo lugar el traslado de reliquias hasta el templo erigido en su honor junto a la iglesia de la abadía de St. Gallen, y desde ese momento el culto se difundió por Europa central. El santo es venerado como titular de ochenta y cuatro iglesias y se conservan numerosas copias de su «Vita», así como importantes muestras artísticas
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Johannes Duft en Enciclopedia dei santi.