En la región de Passo della Cissa (Italia), hay una localidad conocida por los apasionados del montañismo llamada "Fuente de Moderano"; recuerda un pintoresco episodio ocurrido hace unos 1200 años y que tuvo como protagonista a san Moderano, obispo del siglo VIII. Es sorprendente cómo el recuerdo de este lejanísimo personaje puede permanecer aún vivo, transmitido duraderamente por el nombre de un lugar.
Aunque recordado en la región del Apenino tosco-emiliano, Moderano no fue un santo de origen local; venía de lejos, de Francia, y era un obispo de Rennes, la antigua capital del ducado de Bretaña. Para cumplir la peregrinación a Roma y honrar la sepultura del Apóstol Pedro, el Obispo Moderano dejó su ciudad y anduvo por el Mediodía. En su camino estaba la ciudad de Reims, la ciudad donde estaba sepultado san Remigio, el evangelizador de los francos: Moderano compró una religuia del santo para acompañarse de ella camino de Roma. Junto al Passo della Cissa paró a descansar y ató la reliquia de san Remigio a un árbol. Cuando volvió a partir se olvidó de su preciosa carga, y cuando, más tarde, volvió a buscarla, descubrió que ya no llegaba a la rama, inexplicablemente crecida. Visto inútil cualquier esfuerzo el peregrino prometió, si podía recobrarlas, donar las reliquias al vecino monasterio de Berceto; y enseguida la rama cayó, permitiendo a Moderano recoger las reliquias, como un prodigioso fruto de santidad.
Fue así que Berceto, conocida localidad montañesa sobre el Apenino parmensano, vino a tener, en su monasterio benedictino, unas reliquias de san Remigio, al par que el Obispo de Rennes, Moderano, fue nombrado por Liutprando, Rey de los longobardos, Prior de ese mismo monasterio. Moderano, sin embargo, volvió a Francia, pero no para quedarse. En Reims hizo un simbólico donativo del monasterio de Berceto a la Abadía de San Remigio, y en Reims hizo su renuncia a la sede episcopal e hizo elegir a un sucesor. Después volvió a Berceto y permaneció allí hasta su muerte, sobrevenida pocos años después.
Mucho más tarde sus reliquias fueron trasladadas a Rennes, y acogidas con mucho honor por una ciudad que podría haberlo considerado, en buen derecho, un obispo renunciante y fugitivo. Pero el culto de los santos no es vengativo ni rencoroso; el manto del tiempo suaviza la posible dureza de la historia, y los hechos de san Moderano, y sus reliquias que van y vienen de Francia a Italia y de Italia a Francia se tiñen en leyenda, rica en sugestiones y significados.
Traducida del italiano para ETF desde Santi e Beati, en artículo sin firma recopilado de "archivos parroquiales". La "Vita di San Moderanno" se atribuye a Radoino, monje del siglo X del Monasterio de Berceto. En la imagen: relieve en el frontis del monasterio de Berceto.