En una carta de Dionisio de Alejandría al obispo Fabio de Antioquía, el autor, casi contemporáneo de los hechos, apenas un par de años más tarde, escribe que «Entre nosotros [es decir, en Alejandría], la persecución no comenzó con el edicto imperial, sino que se anticipó un año entero [...] Al primero, pues, a quien echaron mano fue a un viejo llamado Metras; le intimaron a que dijera palabras impías, y como él no obedecía, le apalearon el cuerpo, y le pincharon la cara y los ojos con cañas puntiagudas; lo llevaron al arrabal, y allí le lapidaron».
En las representaciones icónicas aparece, como Esteban, llevando piedras en las manos, en alusión al instrumento de muerte. También san Sofronio de Jerusalén (siglo VII) menciona al pasar en una de sus obras a «Metras el santo mártir», que generalmente se identifica con el santo que estamos conmemorando. El martirologio de Usuardo, del siglo IX, lo inscribe el día 31 de enero, de donde pasó al Martirologio Romano y a la mayoría de los martirologios históricos, aunque algunos pocos lo inscriben en fechas que van desde el 30 de enero al 20 de febrero.
La carta de Dionisio se cita in extenso en la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea, VI,41,1-3 (aquí se cita de la edición BAC 2008, tr. de Argimiro Velasco-Delgado). Sobre la persecución en Aleandría, ver P. Allard, Histoire des perséc., vol. II p. 375ss; Delehaye, Les orig. du culte des martyrs, p. 250.254; Acta Sanctorum, enero II, pág. 1079