Investigaciones recientes, debidas sobre todo a Mario Besson, nos han dejado información fiable sobre la vida y obra del santo. Nacido alrededor del 530, se convirtió en obispo de Aventicum en mayo del 574. En el 585 participó en el Concilio de Macon, y el 24 de junio 587 consagró la iglesia de Nuestra Señora de Payerne, que se encontraba en una propiedad suya. Alrededor del año 590 se establecieron, por razones políticas y de seguridad, el obispado de Aventicum en Lausana, murió aquí el 31 de diciembre 594 y fue enterrado en la iglesia de San Tirso, que más tarde tomó su nombre. El epitafio que se ha conservado es considerado por Besson como obra de Venancio Fortunato. Se puede rastrear el culto al santo ya desde el primer milenio. Se lo representa como obispo y en el siglo XVI su efigie aparece en algunas monedas episcopales. A veces se lo representa con la palma y el título de mártir, lo que no se justifica, ya que no ha sufrido el martirio. Las diócesis de Lausana y Basilea celebran a san Mario el 31 de diciembre.
Mario es el autor de una continuación de la Crónica de Próspero, que lleva, en primer lugar, hasta el año 567 y luego hasta el 581. Es una historia en general precisa, breve y de gran valor para los historiadores, que registra los acontecimientos de Italia y el Oriente con la misma atención que dedica a los de los reinos de Francia y de Borgoña.
Traducido para ETF de un artículo de Rudolph Henggeler en Enciclopedia dei Santi.