El nombre primitivo Aed parece que en su origen significaba fuego; las varias formas del nombre provienen de la unión de esa partícula primitiva con prefijos y sufijos, ya sea diminutivos o de posesión, como el más conocido Moaedoc, que parece venir de Mo-Aed-oc (algo así como "mi pequeño Aed"). Más difícil que comprender las variedades de su nombre es desbrozar los elementos históricos tras la frondosa leyenda, y extraer de allí siquiera una mínima cronología. Normalmente se coloca su nacimiento a mediados del siglo VI, época en la que florecen las fundaciones irlandesas.
La «Vita» habla de que un fantástico sueño sirvió a sus padres de presagio de la santidad del niño, y una gran luz se habría esparcido por el cuarto al nacer. Este documento, que ha llegado en recensiones irlandesas y latinas resulta ser una narración de milagros que el santo realiza, desde niño, en toda ocasión. Lo que puede entresacarse es que fue consagrado bien pronto a Dios, y que llevó una vida de oración y austeridad en el territorio de Leinster. Divulgada la fama de su santidad y sus milagros, el santo se retiró a Gales, para poder dedicarse al estudio de la Sagrada Escritura, y fue acogido entre sus monjes por san David. También en relación con este santo obispo y con la estancia de san Maedoc en su monasterio se narran innumerables milagros. Vuelto a Irlanda Maedoc habría fundado un monasterio según la regla aprendida en Gales, pero su labor como abad le ganó prestigio también fuera del monasterio, y fue nombrado obispo de Ferns, en el Leinster meridional.
Murió en el 626, y su fiesta se celebra en toda Irlanda, donde le están dedicadas multitud de iglesias. En el Museo Nacional de Dublin están expuesto su relicario, su campana y su morral. No debe confundirse con san Aidan de Lindisfarne, cuya memoria es el 31 de agosto.
Ver Acta Sanctorum, enero II, 1111ss, donde se reproduce, además de los comentarios críticos, la Vita mencionada en el artículo. En Catholic Encyclopedia hay también una entrada bien compuesta acerca del santo, con bibliografía. El presente escrito, aunque no es traducción directa, sigue los lineamientos del de Gian Michele Fusconi en Enciclopedia dei Santi.