John Ogilvie (Ogilby) nació en 1579 en Drum, en Escocia, y de él no se sabe nada con certeza antes de 1593, cuando fue enviado, con catorce años, a estudiar en el continente, al igual que hacían muchas familias ricas de Gran Bretaña en aquel tiempo. Allí se convirtió al catolicismo, y entró en el Colegio escocés de Douai, en Francia, de donde en 1595 se trasladó a Lovaina, en Bélgica; luego pasó a Ratisbona, y luego estuvo con los jesuitas en Olmütz, donde sintió la llamada de Dios a la vida religiosa. Ingresó así al noviciado de los jesuitas en Brunn, Moravia, en 1599. Continuó luego su formación, y luego de un tiempo como profesor, vuelve en 1609 a Olmütz para estudiar teología, y es consagrado sacerdote en París en 1610, y destinado a Rouen.
Pero su deseo desde el tiempo de Lovaina era regresar a su Escocia natal, para trabajar en las misiones católicas. En Escocia, aunque las restricciones religiosas de la persecución anticatólica eran las mismas que en Inglaterra, las víctimas eran aun muy pocas. Después de más de dos años de peticiones -se dirigió incluso al General de los jesuitas, Claudio Acquaviva-, fue escuchado, y en el otoño de 1613 pudo partir hacia Leith, un suburbio de Edimburgo. Después de 22 años de ausencia, finalmente llegó a Escocia con la falsa identidad de «Capitán Watson». Comenzó a trabajar en el apostolado misionero en Edimburgo, huésped de William Sinclair, un abogado del Parlamento y católico ferviente. Celebraba la Santa Misa con mucha frecuencia, predicando con efectividad a los muchos católicos que meditaban con interés su palabra, y visitaba disfrazado las cárceles para consolar a los prisioneros católicos.
También fue a Londres y Glasgow, y fue en esta ciudad que fue detenido el 4 de octubre de 1614, por denuncia de Adam Boyd ante el arzobispo protestante. Sufrió dolorosas torturas durante cuatro meses y permaneció estrechamente encadenado, por lo que podía hacer unos pocos movimientos. Compareció ante los tribunales de Escocia cinco veces entre 1614 y 1615, de lo que quedan dos detallados relatos de los procesos, uno elaborado por él mismo y completado por compañeros de prisión, y el otro el informe oficial hecho redactar por el Arzobispo protestante Spottiswood, inmediatamente después de la ejecución del mártir.
El 10 de marzo de 1615, el sacerdote fue declarado culpable de traición por un tribunal de Glasgow y condenado a muerte en la horca. La sentencia fue ejecutada esa misma tarde y fue enterrado inmediatamente en el cementerio de los condenados. De sus restos no se ha sabido nada. Su causa de beatificación se asoció en 1922 con las de muchos mártires ingleses, pero los obispos, el clero y los católicos de Escocia, pidieron un trato separado para gloria de la Iglesia de Escocia. Fue beatificado en 1929 por SS. Pío XI y canonizado por el Papa Pablo VI el 17 de octubre de 1976.
Traducido y resumido para ETF del artículo de Antonio Borrelli. Puede leerse aquí (en italiano) la homilía de SS Pablo VI en la misa de canonización.